La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se encuentra en una encrucijada política conforme se acercan las elecciones al Parlamento Europeo. Con los recientes sondeos que muestran que los partidos de extrema derecha son más fuertes de lo que se esperaba, von der Leyen está reconsiderando su acercamiento a estos grupos y está buscando el apoyo de partidos más moderados y pro-europeos, como Los Verdes. Esta estrategia podría ser crucial para asegurar su posible reelección si los líderes de los Veintisiete la proponen para el cargo.
Von der Leyen ha estado explorando la posibilidad de una alianza con la ultraderecha durante varios meses. Ha mantenido conversaciones con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y su grupo de extrema derecha, los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR). Este grupo incluye al partido español Vox y a los ultraconservadores polacos de Ley y Justicia (PiS). Sin embargo, su coqueteo con la extrema derecha ha despertado críticas entre los conservadores tradicionales y los partidos progresistas, que han advertido a von der Leyen que no la apoyarán si se alía con grupos de ultraderecha.
Las elecciones al Parlamento Europeo en los Países Bajos han sido un barómetro de las tendencias políticas europeas. El partido de extrema derecha de Geert Wilders ha ganado apoyo, pero la alianza progresista de socialdemócratas y verdes (GroenLinks-PvdA) ha resistido y ha obtenido la victoria, según los sondeos.
En este contexto, von der Leyen está buscando nuevamente el apoyo de Los Verdes, a quienes considera una formación mucho más fiable y constructiva que los partidos de extrema derecha. Sin embargo, para ganar su apoyo, von der Leyen tendrá que comprometerse a impulsar la agenda verde, algo que ha relegado en los últimos tiempos debido a las presiones de la derecha y la industria.
Las dinámicas políticas en Europa son volátiles. La líder de extrema derecha francesa Marine Le Pen y el nacionalpopulista húngaro Viktor Orbán están trabajando para crear una gran alianza ultra en la Eurocámara. Un Parlamento Europeo más derechizado podría dificultar el trabajo de von der Leyen y su Comisión.
A esta incertidumbre se suman las tensiones internacionales, con dos guerras en curso en Ucrania y Gaza, y la posibilidad de que el populista Donald Trump regrese a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre en Estados Unidos. Además, partidos como el PiS polaco, Vox y el partido de Meloni han endurecido sus discursos de extrema derecha en los últimos días.
La UE se juega su credibilidad con estos acontecimientos. La estrategia de von der Leyen de acercarse a la extrema derecha ha despertado inquietud en parte de las filas populares. Durante una visita a Roma, la líder alemana fue criticada por miembros de Forza Italia, el partido fundado por Silvio Berlusconi, por su acercamiento a Meloni.
Algunos miembros del Partido Popular Europeo (PPE) han expresado su preocupación por las alianzas con la extrema derecha. Christiana Xenofontos, candidata por Agrupación Democrática (DISY), el principal partido de Chipre y afiliado al PPE, ha dicho que «no debemos tener ningún tipo de comunicación con este tipo de grupos [de ultraderecha]».
El expresidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, también ha advertido contra estas alianzas. En una entrevista con Luxemburger Wort, Juncker ha dicho que ve un giro hacia la derecha dentro del PPE y que está luchando contra ello.
Los partidos conservadores han formado alianzas con partidos de extrema derecha en el pasado para llegar al poder o mantenerse en él, en países como Suecia, Austria y Croacia. Sin embargo, las políticas ultranacionalistas y euroescépticas de los partidos ultraconservadores amenazan con dinamitar el proyecto europeo actual. Estos mensajes populistas están calando en una parte del electorado, lo que está llevando a estos partidos a ganar votos de la derecha.
En este contexto, la estrategia política de von der Leyen y su acercamiento a la extrema derecha será crucial para el futuro de la UE y su propia reelección.
