En un hito histórico sin precedentes, las fuerzas progresistas y de izquierda de la Cuarta Transformación han demostrado un gran avance político en las elecciones presidenciales de México. La coalición logró un triunfo significativo y sólido, obteniendo mayorías en el Senado y la Cámara Baja, y ganando seis de las ocho gobernaturas en disputa. Este resultado robusto no tiene paralelo reciente en América Latina.
El rostro de este triunfo es Claudia Sheinbaum, la candidata presidencial de la coalición “Sigamos haciendo historia,” quien logró obtener el 59% de los votos, sumando un total de 36 millones 923 mil votos. Un resultado que representa la mejor votación de una postulación presidencial en la historia de México. Le siguió a 30 puntos de distancia, Xóchitl Gálvez, de la coalición “Fuerza y corazón por México,” con un 27% de los votos. Mientras que el postulante Jorge Álvarez Máynes, quedó en tercer lugar con el 10% de los votos.
En esta elección también se eligieron a ocho gobernadores del país, un Estado federado. Las fuerzas políticas que respaldaron a Sheinbaum ganaron seis de las ocho gobernaturas. Destacando su victoria en la capital mexicana, donde ganaron la jefatura del Distrito Federal. Además, las colectividades políticas que respaldan a la nueva Presidenta de México, lograron obtener el 55% en el Senado, y alcanzaron mayoría en la Cámara de Diputadas y Diputados logrando entre 360 y 379 escaños de un total de 500.
Este triunfo político y electoral de las fuerzas progresistas y de izquierda en México representa un respaldo ciudadano al proyecto de la Cuarta Transformación. Este proyecto busca profundas reformas en las instituciones, la economía, la sociedad, la cultura y la infraestructura del país. Este respaldo ciudadano es sorpresivo, considerando la oposición y hostilidad de sectores conservadores, los medios de comunicación tradicionales, segmentos empresariales y de grupos financieros monopólicos.
La nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, contará con un sólido respaldo electoral que se sustenta en una base social. Este respaldo se ha expresado en varias ocasiones en movilizaciones de la sociedad civil. Sheinbaum también contará con mayoría en el Senado y la Cámara Baja. Las fuerzas del oficialismo conducirán la mayoría de los estados de la República Mexicana, incluida la Ciudad de México.
Esta mayoría permitirá avanzar en cambios constitucionales, fortalecimiento de derechos sociales y laborales, avance en los derechos de las mujeres y la niñez, contar con presupuestos para políticas públicas, continuar desarrollos de infraestructura como la red de trenes y la construcción de viviendas. También permitirá desarrollar los medios de comunicación públicos, mantener la disciplina financiera, reforzar el combate al narcotráfico y el crimen organizado, y enfrentar los retos que provoca el tema migratorio.
El gobierno de Sheinbaum ha anunciado que fortalecerá las relaciones con las naciones latinoamericanas y los organismos soberanos como la Celac. Este nuevo gobierno actuará como un contrapunto de primera línea con las posiciones de derecha, neoliberales, de ultraderecha y conservadoras que se expresan en la región y otras latitudes.
Estas elecciones han demostrado el respaldo y apoyo de la ciudadanía al proyecto de la Cuarta Transformación y al liderazgo del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha impulsado la 4T. Las políticas públicas, las iniciativas legislativas, los progresos sociales, la estabilidad financiera y económica, y la política comunicacional propia han demostrado ser más fuertes que la oposición y hostilidad de los sectores conservadores.