Constance Glantz, una mujer de 74 años, residente en Lincoln, Nebraska, fue sorprendentemente declarada muerta por error en la residencia de ancianos donde vivía, ubicada en Mulberry, Estados Unidos. Este incidente, que tuvo lugar durante la mañana del pasado lunes, ha generado un gran revuelo y ha planteado cuestionamientos sobre las prácticas y procedimientos en las residencias de ancianos y funerarias.
La señora Glantz, que había estado bajo cuidados paliativos durante varios meses, fue transportada por un empleado de la residencia hasta el edificio de la funeraria. Sin embargo, en un giro sorprendente de los hechos, se descubrió que la anciana todavía respiraba. Ante esta situación, los trabajadores de la funeraria llamaron al 911, el número de emergencias de Estados Unidos, y comenzaron inmediatamente a realizarle la maniobra de resucitación cardiopulmonar (RCP).
A pesar de los esfuerzos para salvarle la vida, Glantz fue trasladada a un hospital, pero murió cuatro horas después de ser declarada viva. Las autoridades no revelaron la causa exacta de su fallecimiento ni cuánto tiempo había estado en la residencia de ancianos antes de su muerte. Sin embargo, se confirmó a su familia la muerte oficialmente.
Este tipo de incidentes, aunque no comunes, no son del todo desconocidos. En los últimos 18 meses, se han reportado al menos dos incidentes similares en funerarias de Nueva York e Iowa, según informaron a la agencia Associated Press.
En un intento de esclarecer los hechos, la Oficina del Sheriff del condado de Lancaster aseguró en una conferencia de prensa que no se ha detectado ninguna intención criminal por parte de la residencia de ancianos. Sin embargo, la investigación sobre el asunto sigue en curso.
Jessica Koth, portavoz de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias de Estados Unidos, que ha trabajado en la industria durante casi dos décadas, comentó que hasta el año pasado no había oído hablar de incidentes de este tipo. «Por lo general, cuando alguien muere, el director de la funeraria no está allí. Generalmente, pasa un tiempo hasta que llega y declara la muerte. Así que seguramente, alguien podría haberse dado cuenta de que se había cometido un error«, dijo Koth a la agencia de noticias AP.
Este incidente pone de relieve la necesidad de procedimientos más rigurosos y eficientes en las residencias de ancianos y funerarias para evitar situaciones tan desafortunadas como la que tuvo que enfrentar Constance Glantz y su familia. Aunque la frecuencia de estos incidentes no está clara, es evidente que es una situación que no debería ocurrir en absoluto. Las investigaciones en curso probablemente arrojarán más luz sobre cómo se cometió este error y qué medidas se pueden tomar para prevenirlo en el futuro.