Irlanda ha abierto sus centros de votación este viernes para los comicios locales y europeos, marcando una nueva etapa en su historia política con la inclusión de candidatos independientes y grupos ultraderechistas por primera vez. Los colegios electorales estarán abiertos desde las 06.00 horas GMT hasta las 21.00 GMT de este viernes.
El proceso electoral irlandés, famoso por su complejo sistema electoral, significa que los primeros resultados podrían conocerse durante el fin de semana, pero también podrían retrasarse varios días. Con más de 3,7 millones de personas llamadas a las urnas, estas elecciones están siendo observadas de cerca tanto a nivel local como internacional.
Las encuestas han indicado un apoyo significativo para los candidatos independientes, que lideran con una intención de voto del 26% para las elecciones locales y del 23% para las europeas. Esta es una desviación notable de los comicios de 2019, en los que los partidos tradicionales dominaron el panorama electoral.
Un giro notable en estas elecciones es la aparición de voces xenófobas y de extrema derecha entre los aspirantes independientes. Este cambio se atribuye al repunte de la inmigración tras la guerra de Ucrania y otros conflictos internacionales, lo que ha agudizado la grave crisis de la vivienda que atraviesa Irlanda y ha ejercido presión sobre los servicios públicos.
Un gran perjudicado de este giro ha sido el partido izquierdista Sinn Féin, que hasta hace seis meses lideraba las encuestas con más del 30% de apoyo, pero ahora ronda el 17% en las europeas y el 21% en las locales.
Las formaciones que componen el Gobierno central, una coalición de democristianos, centristas y verdes, también están por detrás de los independientes, aunque han ganado terreno tras endurecer su política en materia de inmigración.
El primer ministro, el conservador Simon Harris, está recibiendo alrededor del 21% de los votos en las elecciones locales y el 18% en las europeas. Los ecologistas se sitúan en el 3% y el 7%, respectivamente.
El partido centrista Fianna Fáil, que ganó las elecciones locales en 2019 y las generales en 2020, ha caído hasta el 17% en las elecciones europeas y al 15% en las locales, de acuerdo con las últimas encuestas.
En las elecciones europeas, Irlanda tiene 14 escaños a la Eurocámara en juego, uno más que en 2019. Los expertos sostienen que los candidatos xenófobos y ultraderechistas tendrán dificultades para lograr representación en los comicios locales, en los que se elige a los 949 miembros que componen los 31 consejos municipales del país.
La gran cantidad de candidatos y la falta de la maquinaria con la que los partidos tradicionales movilizan al electorado puede provocar una gran dispersión del voto. Sin embargo, los expertos advierten que estos candidatos ya han marcado la agenda de la campaña, generando discusiones y debates sobre temas controvertidos y polarizantes.
A medida que los resultados de estas elecciones comienzan a surgir, está claro que la política irlandesa está entrando en una nueva era de cambio y evolución. Las implicaciones de este cambio seguirán siendo analizadas y discutidas en los próximos días y semanas, a medida que Irlanda y el resto de Europa evalúan el impacto de estos resultados.