En un llamado a la conciencia y a la ética, estudiantes universitarios chilenos han alzado la voz para exigir que sus instituciones académicas se posicionen en contra de lo que consideran una injusticia a nivel global. Su demanda es resuelta y contundente: solicitan que sus universidades terminen los convenios con universidades israelíes como respuesta a lo que perciben como un genocidio en Gaza.
La petición de estos estudiantes no se limita a los acuerdos con instituciones académicas. Su reclamo se extiende a un nivel más profundo, pidiendo el corte de relaciones diplomáticas con la embajada de Israel y con el Estado de Israel en sí. Su postura es firme en la defensa de los derechos humanos y en el rechazo a cualquier forma de violencia.
La demanda de los estudiantes se centra en particular en los vínculos que mantienen algunas universidades chilenas con instituciones académicas israelíes. Un ejemplo concreto es el de la Universidad Católica de Temuco, que mantiene un convenio con la Universidad Bengurión de Israel. Según los estudiantes, estos acuerdos convierten a sus universidades en cómplices del genocidio contra el pueblo palestino.
Este compromiso que han asumido los estudiantes va más allá de una simple declaración de principios. Es un posicionamiento que busca solidarizarse con las vidas de los palestinos, a quienes perciben como víctimas de la maquinaria bélica sionista.
El cuestionamiento a Israel no es solo por su conflicto con Palestina. Los estudiantes también condenan que Israel no permita a los estudiantes palestinos desempeñarse como profesionales en su propio país. En respuesta a esta situación, los jóvenes chilenos llaman a no permitir que Israel injiera en sus asuntos académicos.
La magnitud de la tragedia es otro factor que ha impulsado a los universitarios y a la sociedad chilena a movilizarse. Con más de 35 mil palestinos asesinados según sus estimaciones, consideran que es imperativo tomar una postura y hacer algo al respecto.
Los estudiantes también denuncian que el régimen israelí provee de tácticas de represión, tortura y espionaje que se utilizan para perseguir la protesta social en Chile y en el territorio del Walmapu. Esta perspectiva agrega un componente local a su demanda, vinculando la situación en Gaza con la realidad que viven en su propio país.
Estas demandas y posturas son un claro reflejo de la conciencia social y política que caracteriza a muchos jóvenes universitarios en Chile. Son un llamado a la reflexión, a la solidaridad internacional y a la exigencia de respeto a los derechos humanos, independiente de las fronteras.
En la figura de Manuel Arismendi, de HispanTV, se ve a un universitario comprometido con la causa, dispuesto a movilizarse y a hacer escuchar su voz en nombre de los que no pueden hacerlo. Sin duda, un ejemplo de la pasión y la valentía con la que estos estudiantes están enfrentando esta situación.
Esta lucha de los estudiantes chilenos es un reflejo de una conciencia global cada vez más presente en la sociedad. Una conciencia que no se limita a los límites de su país, sino que se extiende a las injusticias que ocurren en cualquier parte del mundo. En este caso, su mirada se dirige a Gaza, pero su mensaje es universal: el respeto a los derechos humanos debe ser una prioridad, sin importar dónde se encuentre.