En un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de las Universidades alemanas de Berlín y Colonia, se ha arrojado luz sobre los efectos de la interrupción del consumo de antidepresivos. Los datos indican que estos síntomas son menos frecuentes de lo que se creía. Este hallazgo, basado en datos de más de 20,000 pacientes tratados con antidepresivos, es una información valiosa tanto para los profesionales de la salud como para los pacientes.
El estudio incluyó a pacientes con una edad media de 45 años, de los cuales un 72% eran mujeres. Los datos de estos pacientes fueron recogidos en 79 ensayos controlados aleatorizados y en estudios observacionales. Hasta ahora, se estimaba que el síndrome de abstinencia después de interrumpir esta medicación afectaba al 56% de los pacientes, y casi la mitad de los casos se clasificaban como graves. Sin embargo, los autores del nuevo estudio cuestionan la fiabilidad de estos datos, ya que muchos de ellos se basaban en estudios observacionales que no pueden determinar con seguridad la causa y el efecto.
En contraste, los ensayos controlados aleatorios, donde el 50% de la población del ensayo recibe la medicación y el otro 50% un placebo, permiten distinguir con mayor seguridad entre los síntomas causados directamente por los fármacos y los ‘inespecíficos’, que podrían deberse a las expectativas de los pacientes o los médicos, conocidos como efecto nocebo.
Según Christopher Baethge, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Colonia y coautor principal del trabajo, el enfoque del estudio no se centró en efectos aislados, sino en la presencia de cualquier síntoma. El objetivo de esta investigación fue revisar todas las pruebas disponibles para establecer la incidencia probable de los síntomas causados directamente por la interrupción del uso de antidepresivos, la probabilidad de efectos graves, y las diferencias entre los distintos tipos de fármacos.
Las directrices sanitarias recomiendan reducir la dosis de antidepresivos de forma escalonada, en lugar de suspenderla repentinamente u omitir dosis, lo que podría provocar síndrome de abstinencia. El análisis publicado en The Lancet Psychiatry revela que un tercio (31%) de las personas que dejaron de tomar un antidepresivo experimentaron al menos un síntoma, como mareos, dolor de cabeza, náuseas, insomnio e irritabilidad.
Entre los antidepresivos, se encontró que la interrupción de la imipramina (Tofranil), un recaptador de serotonina y noradrenalina; paroxetina (Seroxat), recaptador de serotonina; venlafaxina y desvenlafaxina, recaptadores de serotonina y noradrenalina, se asociaba con un mayor riesgo de síntomas graves. La recaptación se refiere a la reabsorción de neurotransmisores y otras sustancias después de que han sido liberados en la sinapsis, y tiene implicaciones directas en la modulación de la función del sistema nervioso.
Para mitigar el riesgo de síntomas de ‘discontinuación’ al dejar de tomar estos fármacos, Baethge recomienda reducir los antidepresivos a lo largo de tres meses o incluso más, si el tiempo no es un problema. El equipo también descubrió que el 17% de las personas experimentaban síntomas tras dejar de tomar un placebo.
El estudio tiene algunas limitaciones, debido a que los estudios incluidos en la revisión sistemática y el metaanálisis utilizaron diversas metodologías. Además, en todas las investigaciones sobre los efectos de interrumpir la medicación, existe la posibilidad de que reaparezca la depresión, lo que puede interpretarse como síndrome de abstinencia.
Finalmente, es importante señalar que España es el tercer país de la UE con más consumo de antidepresivos, que creció un 18% a escala comunitaria entre 2019 y 2022, coincidiendo con la pandemia de la covid-19, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).