El mundo del motor se ha visto envuelto en una gran controversia recientemente, con el incidente protagonizado por el piloto de Fórmula 2, Théo Pourchaire, y su contrincante argentino, Agustín Canapino, en el centro de la tormenta. El incidente, que ocurrió cuando Pourchaire perdió el control de su vehículo y chocó contra el de Canapino, tuvo un efecto domino que culminó con el Arrow McLaren IndyCar Team cortando lazos con el equipo de Canapino, Juncos Hollinger Racing.
El incidente en sí mismo fue lo suficientemente polémico, ya que causó una desalineación de la dirección del vehículo de Canapino, que provocó su enfado comprensible. Sin embargo, lo que realmente alimentó la polémica fue la reacción de Canapino a través de la radio, que fue considerada excesiva por muchos. Su elección de palabras para referirse a Pourchaire, quien fue campeón de Fórmula 2 en la temporada anterior, fue fuertemente criticada.
La situación se intensificó aún más cuando Pourchaire comenzó a recibir abuso en línea, lo que él denunció públicamente. Juncos Hollinger Racing y el propio Canapino emitieron comunicados de prensa en los que condenaban el abuso en línea, pero negaban que se hubieran hecho amenazas contra Pourchaire desde sus bases de aficionados.
El Arrow McLaren IndyCar Team, que había formado una alianza estratégica con Juncos Hollinger Racing, decidió actuar y anunció que abandonaba la asociación. Su objetivo era formar una gran estructura que fuera especialmente atractiva comercialmente para el mercado latinoamericano, con el mexicano Pato O’Ward y el argentino Canapino bajo su paraguas. En un comunicado, el equipo afirmó que no toleraría ninguna forma de abuso o discriminación y condenaba totalmente el abuso en línea dirigido a su equipo y a Pourchaire.
La reacción de Juncos Hollinger Racing a la terminación de la alianza fue de gratitud por el tiempo que habían pasado juntos, a pesar de que los resultados no habían sido los esperados. Señalaron que la asociación no era técnica, por lo que no compartían datos ni soluciones de competición, lo que significa que la terminación de la alianza no debería afectar el rendimiento futuro del equipo y de Canapino.
Es importante mencionar que esta no es la primera vez que Juncos Hollinger Racing se encuentra en medio de una controversia de este tipo. El año pasado, la reacción en línea a dos incidentes que involucraban a Callum Ilott y Canapino también fue objeto de mucho debate.
La polémica ha arrojado una luz sobre el lado oscuro de las redes sociales y su impacto en el mundo del automovilismo. Los pilotos están expuestos a una gran cantidad de presión y escrutinio, y los incidentes en la pista pueden tener amplias repercusiones fuera de ella. En este caso, las repercusiones llegaron hasta el punto de que un equipo decidió terminar una alianza estratégica.
El incidente entre Pourchaire y Canapino, y la reacción a él, ha provocado un debate sobre la conducta en línea y el tratamiento de los pilotos, tanto en la pista como fuera de ella. A medida que avanza la temporada, será interesante ver cómo se aborda esta cuestión en el futuro y qué medidas se toman para prevenir incidentes similares.