El desolador panorama que enfrentan los palestinos en Gaza fue puesto en evidencia por Cristina Izquierdo, especialista en nutrición y miembro de la ONG Acción contra el Hambre. Izquierdo, quien recientemente volvió a España después de un mes de trabajo humanitario en Gaza, pronostica una hambruna en la región en los próximos meses. Su advertencia, emitida desde la sede de la ONG en Madrid, ilustra la gravedad de la situación.
El nivel de destrucción de la infraestructura vital en Gaza, que incluye hospitales, escuelas y sistemas de saneamiento, ha generado una crisis humanitaria. Los palestinos se enfrentan a la inanición y carecen de acceso a servicios básicos. Izquierdo advierte: «Si la ayuda no llega, Gaza va a colapsar.»
La situación alimentaria en la región es crítica. Los palestinos sufren de hambre y desnutrición, una realidad que se refleja en sus rostros demacrados y cuerpos debilitados. Según Izquierdo, las condiciones para los niños son aún peores, ya que la falta de alimento impide su crecimiento y desarrollo. En muchos casos, estos efectos son irreversibles, y su sistema inmunológico se ve comprometido, lo que los hace propensos a infecciones graves y mortales. La población está al borde de la hambruna, una situación que representa el nivel más grave de inseguridad alimentaria.
La grave situación en Gaza ya fue advertida por las Naciones Unidas a mediados de marzo, que señalaron que la hambruna en el norte de Gaza era «inminente» debido al bloqueo por parte de las tropas israelíes para permitir la llegada de la ayuda humanitaria. Para que se declare oficialmente una hambruna, es necesario cumplir tres criterios: que el 20% de los habitantes padezca hambre, que la desnutrición infantil supere el 30% y que dos de cada 10.000 muertes al día sean por inanición. Sin embargo, Izquierdo recuerda que es necesario un consenso internacional para verificar estas circunstancias.
Aunque el proceso para determinar la hambruna es complejo, la organización ya tiene constancia de que el 30% de los niños menores de dos años sufre de desnutrición aguda. Otras 50 organizaciones humanitarias solicitaron a finales de mayo a la ONU y a las «instituciones internacionales» que se declare la hambruna en la Franja. «Con los pasos fronterizos cerrados y la ayuda humanitaria bloqueada por Israel, la desnutrición aguda ha resurgido y se ha extendido rápidamente», advirtieron en un comunicado.
Fenia Diamanti, jefa de la base del equipo de la ONG en el terreno, también acaba de regresar de la Franja. Según ella, la situación en Rafah, ciudad en el sur de Gaza donde ahora el ejército israelí concentra su operación terrestre, es crítica. Diamanti explica que las dificultades para descargar y transportar alimentos dentro de la Franja, sumado a la falta de sitios de almacenamiento y carreteras para llevar la ayuda, hacen casi imposible llegar hasta el norte de Gaza.
El trabajo humanitario se ha visto afectado por el asedio de las tropas israelíes. «Tuvimos que abandonar nuestra oficina y muchos dejaron sus hogares. También teníamos almacenes con alimentos o materiales de higiene y ya no sabemos en qué estado están», relató Diamanti. Según ella, las medidas actuales, como los lanzamientos aéreos de comida y la llegada de ayuda a través de un puerto marítimo construido por EE UU —que ya no está en funcionamiento—, son insuficientes.
Diamanti reitera la necesidad de abrir los puertos fronterizos y las vías terrestres. Según la ONU, solo 216 camiones de ayuda humanitaria entraron a la Franja por el paso de Kerem Shalom el último mes, una media de ocho por día. El paso en Rafah está cerrado desde que Israel tomó control sobre el corredor de la frontera entre la Franja y Egipto la semana pasada.
Acción contra el Hambre insiste en que, aun cuando no se ha declarado oficialmente una hambruna en Gaza, la población ya está muriendo por enfermedades o infecciones relacionadas con el hambre. De acuerdo con el Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamás, al menos 30 personas, la mayoría niños, han muerto por desnutrición aguda.