La evolución de la tecnología no se detiene, y una vez más, nos encontramos en el umbral de una nueva era. En este caso, es la era de la inteligencia artificial (IA). En 2024, Microsoft anunció el primer cambio en sus teclados en casi 30 años, una tecla para activar el asistente de IA de Windows, señal de que la futuro de la computación está intrínsecamente ligado a la IA. Este cambio es solo un indicativo de lo que vendrá, ya que la IA se integrará cada vez más en los ordenadores. Esta integración es tan profunda que la IA es el pilar fundamental de Computex 2024, la feria de ordenadores más importante del mundo, que se celebra en Taipéi, Taiwán.
Gigantes de la tecnología como AMD, Qualcomm, Intel, ASUS y Nvidia han aprovechado esta cita anual para presentar sus últimas novedades en ordenadores. En palabras de Lisa Su, presidenta y directora ejecutiva de AMD, «La inteligencia artificial es nuestra prioridad número uno y estamos al comienzo de una época increíblemente emocionante para la industria».
El futuro de la computación se está forjando en Computex, según James C. F. Huang, presidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio Exterior de Taiwán (TAITRA). Aunque la integración de la IA en los ordenadores aún está en sus primeras etapas de desarrollo, su potencial es enorme. De hecho, Juan José Marcilla de Teruel-Moctezuma, gerente de producto comercial de Lenovo Iberia, considera que «la transformación de los nuevos PCs con IA será semejante o mayor que cuando pasamos de los móviles, que solo servían para llamar y enviar SMS, a los smartphones, que cuentan con conectividad completa y aplicaciones».
Uno de los cambios más notables se ha producido en el ámbito de los componentes. Los ordenadores con IA incorporan un procesador con un motor informático adicional llamado Unidad de Procesamiento Neuronal (NPU), diseñado para manejar cargas de trabajo de IA pesadas y continuas con un bajo consumo de energía.
Para satisfacer la creciente demanda de sistemas completos de chips, empresas como Intel están invirtiendo miles de millones de euros en nuevas fábricas. Según Walter Riviera, líder tecnológico de IA de Intel en Europa, Medio Oriente y África, el 80% de los semiconductores avanzados se fabrican en Asia, lo que hace que la cadena de suministro sea más vulnerable a interrupciones del servicio. Para evitar posibles disrupciones, Intel planea aumentar sus inversiones en Europa y América.
La integración de la IA en los PCs trae consigo grandes beneficios, pero también un posible incremento de su precio. Sin embargo, se espera que a largo plazo, los precios disminuyan gracias a las economías de escala y mejoras en los procesos de fabricación.
Un ejemplo de la apuesta del sector por la IA es la presentación de una nueva categoría de equipos: los Copilot+ PC. Se trata de ordenadores con hardware específico para ejecutar cargas de trabajo de IA localmente, en lugar de recurrir tanto a la nube. Según Elena Pérez, responsable de Surface para empresas de Microsoft en España, «Los nuevos dispositivos Copilot+ PC con motores neuronales son hasta 20 veces más potentes y hasta 100 veces más eficientes para ejecutar cargas de trabajo de IA».
El futuro de las computadoras estará estrictamente vinculado a las próximas necesidades emergentes de la gente, según Riviera. La IA revolucionará la forma en que utilizamos los PCs en casa y en el trabajo, automatizando tareas repetitivas, ofreciendo análisis avanzados y mejorando la toma de decisiones.
La IA también tiene el potencial de detectar amenazas y proteger los datos empresariales. «Veremos ordenadores que colaboran con humanos en tareas complejas, como el diagnóstico médico o el diseño de productos», destaca Marcilla.
Los fabricantes prometen en sus presentaciones que todos los usuarios disfrutarán de mejoras en la edición audiovisual, en la gestión de archivos y en su privacidad en el día a día. En el hogar, los ordenadores aprenderán las preferencias de cada miembro de la familia y adaptarán la iluminación, la climatización y la música según sus necesidades.
Por último, la IA aspira a transformar cómo interactuamos con los ordenadores. Los próximos avances se centrarán en los comandos de voz y las respuestas habladas, así como en la interacción predictiva, donde los dispositivos podrán anticipar tareas o completarlas directamente a través de instrucciones básicas.