El 5 de junio de 2024, un suceso alarmante sacudió la capital del Líbano, Beirut, cuando un individuo armado atacó la embajada de Estados Unidos. El atacante estaba equipado con un rifle, un chaleco antibalas y un casco. Aún no se ha identificado la autoría ni la motivación detrás del ataque, que ocurrió en medio de una creciente escalada de tensión en la frontera entre el Líbano e Israel y la amenaza de Tel Aviv de una incursión militar en el Líbano.
Según fuentes de seguridad, el tiroteo duró casi media hora antes de que las autoridades pudieran capturar al atacante, un hombre de nacionalidad siria. El ataque tuvo lugar en el barrio de Awkar en Beirut, donde se encuentra la embajada de los Estados Unidos. El Ejército libanés, desplegado en la zona, respondió a los disparos, hiriendo al atacante.
A pesar de la gravedad del incidente, el personal de la embajada de Estados Unidos resultó relativamente ileso, con un solo miembro del personal de seguridad herido levemente. En un comunicado, la embajada agradeció la rápida reacción de las fuerzas de seguridad del país anfitrión y afirmó que tanto las instalaciones como el personal están a salvo. Las investigaciones están en curso y la embajada está en estrecho contacto con las autoridades libanesas.
Las autoridades libanesas han planteado la posibilidad de que otras personas estén involucradas en el ataque, aunque hasta ahora no se han realizado más detenciones. Según medios libaneses, el atacante es residente de la ciudad fronteriza oriental de Majdal Anjar, cerca de Siria. En un video publicado por los medios, se ve al atacante disparando contra el edificio diplomático. En otra imagen después de su detención, se puede ver al atacante con un chaleco negro que lleva las palabras «Estado Islámico» en árabe y las letras «IS» en inglés, las iniciales del grupo terrorista que ha realizado ataques en la región en los últimos meses.
La embajada de Estados Unidos en Beirut ha sido escenario de numerosas protestas desde octubre pasado, debido al apoyo estadounidense a Israel en su ofensiva en la Franja de Gaza. El Líbano se ha visto arrastrado a este conflicto, con combates entre militantes de Hizbul y tropas israelíes en la frontera entre ambos países, que han dejado más de 400 muertos y miles de desplazados a ambos lados de la frontera.
El ejército israelí ha exigido a Hizbul que se retire del sur del Líbano, mientras que Hizbul ha declarado que continuará con sus ataques mientras persista la guerra en Gaza. Los intercambios de disparos entre Israel y Hizbul inicialmente se limitaron a zonas fronterizas, pero en las últimas semanas se han extendido a áreas más profundas en ambos territorios.
El jefe del Estado Mayor militar israelí, Herzi Halevi, durante una visita a las poblaciones afectadas por el conflicto, declaró que Israel está preparado para «pasar a la ofensiva» en sus combates con Hizbul a lo largo de la frontera. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, también prometió restablecer la seguridad en el norte, por una u otra vía.
El ministro de seguridad nacional, Ben-Gvir, elogió el trabajo de los bomberos y advirtió que «ahora es deber del ejército destruir a Hizbul». Declaró que se debe «quemar todos los bastiones de Hizbul» y destruirlos. En respuesta a este conflicto, el gobierno israelí ha ordenado la movilización de otros 50.000 reservistas en el norte de Israel, donde ya hay desplegados unos 300.000 reservistas desde el pasado octubre.
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, ha dicho que Washington «no apoya una guerra total con Hizbul», pero que Israel tiene derecho a «defenderse» de los ataques del grupo libanés. El enviado de la Casa Blanca para reducir las tensiones en la región, Amos Hochstein, ha propuesto recientemente un acuerdo fronterizo terrestre entre Israel y el Líbano implementado en varias fases para poder rebajar el conflicto.
Hizbul, por su parte, ha reiterado que no busca incrementar el conflicto con Israel, pero que está dispuesto a librar una guerra si se le impone. El número dos de Hizbul, Naim Qassem, ha advertido que cualquier expansión israelí de la guerra contra el Líbano provocará devastación, destrucción y desplazamiento en Israel. «Si Israel quiere librar una guerra total, estamos preparados para ello», afirmó.