El reciente resultado de las elecciones en Taiwán ha dado un nuevo giro a las relaciones diplomáticas entre Taiwán y China. En un cambio histórico, un separatista ha ganado las elecciones, lo que podría generar tensiones en las relaciones entre ambos países. Sin embargo, se espera que el tema se despeje pacíficamente y no genere mayores conflictos.
Lai Ching-Te del Partido Democrático Progresista ha ganado las elecciones en Taiwán con el 40% de los votos. Lai es conocido por su postura separatista, lo que ha generado una situación delicada dado que aboga por la independencia de Taiwán, algo que podría alterar el equilibrio político y diplomático en la región.
Para comprender este nuevo contexto, es importante considerar algunas consideraciones históricas. En particular, el papel de Chiang Kai-Shek, líder del Kuomintang, el partido nacionalista. Cuando terminó la guerra con Japón en 1945, Chiang inició una guerra civil contra el gobierno de Mao Zedong. Tras su derrota, se refugió en Taiwán, donde gobernó como dictador hasta su muerte en 1975, con el respaldo de Estados Unidos.
El estatus diplomático de Taiwán ha sido un tema delicado durante décadas. Las relaciones diplomáticas entre China y Chile, por ejemplo, se iniciaron el 15 de diciembre de 1970, bajo la presidencia de Salvador Allende. Chile fue el primer país sudamericano en reconocer a la «República Popular China» y adoptar la política de «una sola China». Esta política ha sido reafirmada por todos los gobiernos chilenos desde entonces.
China ha mantenido relaciones diplomáticas con varios países, a pesar de las tensiones políticas. En 1973, por ejemplo, China y Rumania fueron los únicos países socialistas que no rompieron relaciones con Chile. En un acuerdo mutuamente beneficioso, China respaldó la soberanía chilena en la Antártida, e incluso instaló una base en ese territorio en 1985.
El comercio entre Chile y China ha crecido considerablemente en las últimas décadas. Desde 1961, Chile ha sido un socio comercial clave de China en América Latina, después de Brasil y México. En 2006, ambos países firmaron un Tratado de Libre Comercio, que fue actualizado en 2017.
La política de «una sola China» ha sido un principio fundamental en las relaciones diplomáticas de Taiwán. Sin embargo, las recientes elecciones han cambiado la dinámica, ya que por primera vez un separatista ha ganado las elecciones. A pesar de este giro, se espera que el tema se aborde pacíficamente en las relaciones diplomáticas entre Taiwán y China.
Estados Unidos ha jugado un papel importante en esta situación, alentando los conflictos en la región, tal como lo ha hecho en Ucrania y Yemen. La interferencia de Estados Unidos ha sido una constante en este conflicto, desde su apoyo a Chiang Kai-Shek en la guerra civil contra el Partido Comunista Chino, hasta su actual estímulo de cualquier conflicto que vaya contra China o Rusia.
El tema fundamental en esta situación es la unificación de Taiwán y China. Sin embargo, el tipo de régimen bajo el cual se llevaría a cabo la unificación es un tema de debate. Detrás de este debate, se encuentra la disputa de Estados Unidos por la hegemonía global.
Cualquier conflicto bélico en esta región tendría consecuencias mundiales. Por lo tanto, es imperativo abordar la situación con cautela y evitar cualquier provocación que pueda llevar a un conflicto militar.