En el vasto universo del baloncesto, a veces se dan momentos fascinantes y memorables, capaces de desafiar todas las expectativas. Un ejemplo reciente de esto es la semifinal entre Unicaja y UCAM Murcia, un enfrentamiento que inicialmente podría haber parecido insignificante, pero que resultó ser una batalla épica llena de momentos que se inscribirán en la historia del baloncesto español.
Lo más destacable de este partido fue el equipo de Sito Alonso que, contra todo pronóstico, se presentó en su primera final sin haber ganado ningún partido de playoffs en casa. Lo más increíble de este logro es que consiguieron esta meta ganando todos los partidos a domicilio, incluido el quinto en el Carpena, consiguiendo un sorprendente 70-79.
Ahora, este equipo inmortal, valiente y luchador, se enfrentará al Real Madrid a partir del sábado. A pesar de las numerosas lesiones y del favoritismo de Unicaja, que ha sorprendido a todos durante la temporada, el campeón de la Champions League y el mejor equipo de la temporada regular en la ACB, el UCAM Murcia supo manejar los nervios del oponente, ocultar sus debilidades y potenciar sus fortalezas.
Caupain y Dylan Ennis fueron los líderes en el campo, y un rebote ofensivo crucial de Morin en la recta final fue vital para la victoria. La victoria de UCAM Murcia, una hazaña que nadie en Murcia olvidará, fue aún más impresionante considerando que estaban perdiendo por 13 puntos en el primer cuarto y por cinco al comienzo del último.
La primera mitad del partido fue un reflejo de la serie, con Unicaja golpeando con fuerza y un Carpena estruendoso. Parecía que el rival estaba atemorizado, especialmente después del 10-0 inicial que soñaba con un éxito aún mayor. Pero el UCAM Murcia, con su paciencia y su capacidad para desconcertar al rival, logró un parcial de 2-17 que anuló por completo a los locales.
El empate continuó después del descanso, con una tensión insoportable. Pero los tiros que no entraron en Murcia ahora eran dianas de Caupain y Ennis, cada vez más dañinos. A pesar de que Unicaja se encontraba siete puntos abajo, un triple de Kendrick Perry al final del tercer cuarto rescató al equipo.
La rebelión fue liderada por Alberto Díaz, con dos triples. En ese momento de miedo, Unicaja mostró toda su rabia y su baloncesto frenético que le ha hecho tan reconocible. Pero UCAM Murcia resistió, y en esa resistencia de púgil embravecido, se encontraba la historia. A pesar de sus problemas con el rebote ofensivo, se sacudió para volver a igualar.
A partir de ahí, no hubo más equipo en el Carpena. La moral murciana crecía a medida que se encogían las muñecas malagueñas, conscientes de lo que tenían ante sí. Incluso cuando Kravish anotó un triple fuera de guion, iba a ser la última canasta local. Un 0-12 final, con Ennis y Caupain como héroes. Una verdadera gesta.
Los jugadores de Murcia celebraron su victoria en el Carpena con gran júbilo, conscientes de que habían logrado algo extraordinario. Esta victoria será recordada no solo en Murcia, sino en todo el mundo del baloncesto, como uno de esos momentos asombrosos que desafían todas las expectativas y se inscriben para siempre en la memoria.
En tiempos de incertidumbre y desafío, el equipo de UCAM Murcia demostró que la resistencia, la valentía y la determinación pueden conducir a logros inesperados. Su victoria es un testimonio de que, en el baloncesto, y en la vida, nada es imposible. A través de su lucha y su victoria, han demostrado que incluso el más pequeño de los equipos puede vencer a los gigantes y hacer historia.