Uno de los temas que más repercusión ha causado en el mundo político chileno es el proyecto de aborto sin causales, presentado durante la Cuenta Pública 2024 por el Presidente Gabriel Boric. Esta iniciativa ha generado una gran cantidad de comentarios y reacciones, especialmente en el sector más conservador de la oposición, que ha amenazado con no aprobar otras iniciativas si esta propuesta es ingresada.
Al frente de este debate se encuentra la Ministra de la Mujer, Antonia Orellana, quien ha profundizado en los detalles de este nuevo proyecto, haciendo hincapié en que su objetivo no es la despenalización del aborto, sino su legalización. En otras palabras, se busca cambiar la legislación actual que, a pesar de no perseguir criminalmente el aborto, solo permite a las mujeres con recursos económicos suficientes acceder a un apoyo médico.
Orellana ha subrayado la diferencia entre despenalización y legalización. Según sus palabras, “cuando algo se despenaliza quiere decir que no se persigue criminalmente, pero mantendría la misma situación actual que es que quienes tienen recursos, pueden acceder a un apoyo médico y quienes no y se las arreglan como pueden”.
En cuanto a las reacciones que ha generado este proyecto, vale la pena mencionar la del Arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, quien ha señalado la necesidad de escuchar el sentir del pueblo de Chile, que ama la vida. Frente a esto, la Ministro de la Mujer ha respondido que nadie puede arrogarse ser la voz del pueblo de Chile, ni quienes están a favor de la legalización del aborto, ni quienes están en contra.
En este sentido, Orellana ha sostenido que “nadie, ni quienes estamos a favor de la legalización del aborto, ni quiénes están en contra, pueden arrogarse que son la voz del pueblo de Chile”. Apoyándose en los datos de la encuesta del Centro de Estudios Públicos, ha señalado que solo un 19% de la población estaba de acuerdo con criminalizar el aborto.
Lo que se desprende de estas cifras es la existencia de posiciones muy diversas en torno a este tema en la sociedad chilena, lo que, según Orellana, es precisamente lo que permite un debate. “La verdad es que lo que nos muestran las cifras es que hay posiciones muy diversas y eso es precisamente lo que permite un debate”, ha concluido la titular de la Mujer y Diversidad de Género.
A la luz de estas declaraciones, queda patente que el debate en torno a la legalización del aborto en Chile está lejos de ser unánime y que existen posturas muy diversas al respecto. Sin embargo, lo que sí parece claro es la determinación del gobierno de Boric de avanzar en este sentido, a pesar de las resistencias que pueda encontrar en algunos sectores de la sociedad y la oposición.
Así, la discusión sobre el aborto sin causales se instala en la agenda política chilena, abriendo un debate que promete ser intenso y que pondrá a prueba la capacidad de diálogo y consenso del país. En este contexto, la figura de la Ministra de la Mujer, Antonia Orellana, se presenta como una pieza clave para entender y seguir de cerca este proceso.