Las claves del juicio a Hunter Biden: ¿Cuáles son las acusaciones y posibles penas?

EL PAÍS

El Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha convertido en el primer hijo de un presidente de Estados Unidos en ser juzgado en un caso penal. El incidente que lo llevó a los tribunales tuvo lugar el 12 de octubre de 2018 en el StarQuest Shooters & Survival Supply, una tienda de armas situada en Wilmington (Delaware). Biden compró un revólver Colt Cobra 38SPL, y rellenó el formulario 4473 para la compra, en el que negó ser consumidor ilegal o adicto a cualquier sustancia controlada. Once días después, la pistola acabó en un cubo de basura de un supermercado de Greenville, a unos 10 minutos en coche de la armería.

El juicio de Hunter Biden comenzó en Wilmington (Delaware), con un jurado compuesto por seis hombres y seis mujeres, y cuatro suplentes femeninas. Las instrucciones para el jurado establecen que sus deliberaciones son secretas y que su veredicto debe ser unánime.

Hunter Biden enfrenta tres cargos: declaración falsa al comprar un arma de fuego; declaración falsa en los documentos a mantener en los archivos del vendedor del arma; y posesión ilegal de un arma de fuego. Los fiscales sostienen que Biden era consumidor de drogas y adicto cuando compró el revólver.

Los delitos de los que se acusa a Biden violan varias disposiciones del Título 18 del Código de Estados Unidos, el equivalente al código penal. La sección 922(a)(6) castiga a cualquier persona que haga una declaración falsa en relación con la adquisición de un arma de fuego o munición. La sección 924(a)(1)(A) penaliza a quien haga una declaración falsa con respecto a la información requerida por este capítulo para ser mantenida en los registros de una persona con licencia para la venta de armas. Finalmente, la sección 922(g)(3) declara ilegal la posesión de un arma de fuego o de munición a quien sea «un usuario ilegal o adicto a cualquier sustancia controlada».

En cuanto a las posibles sanciones, Hunter Biden podría enfrentarse a hasta 10 años de cárcel por el primer delito, 5 años por el segundo y otros 10 años por el tercero, junto a multas de hasta 250.000 dólares por cada uno de ellos y hasta tres años de libertad vigilada. Aunque estas son las penas máximas, es poco probable que sean aplicadas si el acusado no tiene antecedentes, se ha rehabilitado y la compra y posesión ilegal del arma no está acompañada por ningún otro delito violento.

El juicio se llevará a cabo con los alegatos iniciales de la fiscalía, seguidos de la presentación de pruebas. Luego, los abogados de Hunter Biden pueden presentar sus propias pruebas y testigos, si lo desean. Al final, la jueza dará instrucciones al jurado, que se retirará a deliberar.

Para lograr una condena, los fiscales deben probar que Hunter Biden hizo a sabiendas una declaración falsa en su formulario de compra de armas y que la mentira era relevante para que se cerrase la operación. Para el cargo de posesión de armas, deben probar que sabía que era un consumidor ilegal de una sustancia controlada o que era un drogadicto y que poseía un arma de fuego a sabiendas.

La defensa de Hunter Biden ha encontrado obstáculos en sus intentos de presentar un experto que declare sobre el estado de negación en que podría haber estado Biden al comprar el arma. Además, la jueza ha rechazado la alegación de la defensa de que el acusado está sufriendo una persecución política.

Aunque Hunter Biden admitió inicialmente la compra y posesión ilegal del arma como parte de un pacto con la Fiscalía, el acuerdo fue rechazado por la jueza Maryellen Noreika, nombrada por Trump.

El presidente Joe Biden tiene la capacidad de indultar a su hijo en caso de que fuera condenado a ir a la cárcel. Hasta ahora, Biden ha expresado su apoyo a Hunter como padre, pero ha evitado hacer comentarios sobre el caso.

Además de este caso, Hunter Biden también enfrenta nueve cargos de presuntos delitos fiscales en California, que habían sido regularizados y estaban a punto de ser cerrados antes de que el acuerdo con los fiscales descarrilase.

Mientras tanto, los republicanos han intentado, sin éxito, demostrar que Joe Biden se beneficiaba de los negocios de su hijo. A pesar de sus esfuerzos, no han encontrado ninguna prueba contra el presidente Biden.

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