Iberdrola y otras entidades acusan a Repsol de greenwashing en su campaña por posible riesgo para la salud

La campaña de Repsol por la que Iberdrola, entre otras entidades, la acusa de greenwashing por peligro potencial de salud

El sector energético español ha sido recientemente escenario de una intensa batalla entre dos de sus principales jugadores: Iberdrola y Repsol. Más que solo competidores en el mismo campo, estas dos empresas han chocado en un conflicto que ha llevado a Iberdrola a demandar a Repsol. El motivo de la disputa es una reciente campaña de Repsol en la que promete ofrecer combustibles renovables en 600 de sus gasolineras en España para finales de este año 2024.

La demanda presentada por Iberdrola en marzo de este año se basa en alegaciones de falta de transparencia por parte de Repsol en relación a las materias primas utilizadas en la producción de estos combustibles y su origen. Además, Iberdrola critica el ‘claim’ de Repsol de minimizar emisiones, argumentando que no se reducirían las emisiones de NO2 y partículas, las cuales se consideran perjudiciales para la salud humana.

Para que un biofuel pueda ser considerado neutral en términos de huella de carbono, es esencial que se produzca utilizando residuos sostenibles. Sin embargo, se han dado casos en los que se ha utilizado aceite de palma como materia prima para estos combustibles, vendiéndolos como si se hubieran producido a partir de aceite de cocina usado. En este sentido, es crucial aclarar tanto el tipo de residuo utilizado como su origen geográfico.

Este no es el único caso de greenwashing que hemos presenciado recientemente. El greenwashing se refiere a la práctica de presentar de manera engañosa productos o prácticas como respetuosas con el medio ambiente, o de tergiversar su impacto medioambiental. Repsol ha tenido problemas similares en el Reino Unido, donde la Advertising Standards Authority ha bloqueado dos de sus anuncios.

La petrolera italiana ENI también ha sido multada por una situación similar relacionada con los biocombustibles. A estos incidentes se suman las voces de varias asociaciones ecologistas que han decidido unirse a la causa. Organizaciones como Greenpeace y Ecologistas en Acción han criticado la campaña de Repsol, argumentando que el aceite de palma utilizado está directamente relacionado con la deforestación y políticas perjudiciales para las comunidades indígenas.

Repsol, por su parte, también ha publicitado un combustible basado en hidrógeno renovable. Sin embargo, este producto aún no está a la venta, aunque sí se ofrece hidrógeno verde para uso industrial en la planta de Petronor.

Esta batalla entre Iberdrola y Repsol no se limita a cuestiones de sostenibilidad y transparencia. Ambas empresas también se encuentran en una rivalidad de poder en el País Vasco. La sede de Iberdrola se encuentra en Bilbao, mientras que Repsol produce hidrógeno verde para uso industrial a través de Petronor, en Muskiz, cerca de Bilbao.

Además, es interesante destacar que el actual CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, fue anteriormente presidente de Petronor y del PNV. Esta convergencia de intereses políticos y empresariales añade una capa adicional de complejidad a la rivalidad entre estas dos empresas.

En este contexto de lucha por la sostenibilidad y la transparencia, es esencial que las empresas de energía sean claras y honestas acerca de sus prácticas. Mientras que los combustibles renovables pueden ser una parte importante de la solución al cambio climático, es crucial que se produzcan de manera sostenible y justa. La controversia entre Iberdrola y Repsol pone de manifiesto la necesidad de una mayor regulación y supervisión en este sector.

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