La economía argentina está de nuevo en tensión. Los dólares financieros y blue han subido y los precios de los bonos y acciones han caído. La inestabilidad es más palpable en un momento de crisis política en el Gobierno, debido a la renuncia de Posse y las denuncias contra la ministra Pettovello por preservar alimentos en almacenes y contrataciones irregulares en el Ministerio de Capital Humano.
El dólar blue ha aumentado a $1265, y el contado con liqui ha llegado a $1312,41, mientras que el MEP a $1281,77. Por otro lado, las acciones argentinas han vuelto a la senda descendente con empresas como YPF, que ha sufrido una caída del 12,5% en 48 horas, Supervielle con un 11,7% y Central Puerto y Pampa Energía con un 10% cada una, y Banco Macro con un 8%. En la plaza porteña, el índice Merval cayó 4,8%.
Los bonos soberanos también han mostrado bajas de hasta el 3,6%, y el riesgo país está a punto de alcanzar los 1.500 puntos.
Los «mercados», un eufemismo para denominar a fondos de inversión, bancos, empresas, capitalistas en general y capital financiero en particular, están inquietos por la dirección económica de Milei y Caputo. Hay incertidumbre sobre el tipo de cambio, la tasa de interés, las reservas y la desaceleración de la economía. Además, hay dudas sobre la gobernabilidad de Milei y la falta de consenso político.
La política también ha tenido un impacto en los «mercados». El retraso en la votación en el Senado de la Ley Bases y el Paquete Fiscal, junto con un cierto reajuste temporal de las alianzas en Diputados para votar financiamiento a las universidades y otros temas, como una nueva compensación a los jubilados, es percibido por los grandes empresarios y el capital financiero como señales de estancamiento del Gobierno.
Otro revés para el gobierno fue el «Pacto de Mayo«, donde Milei intentó dejar una foto con los gobernadores, pero terminó en un acto pobre en Córdoba acompañado por el gobernador de la provincia, Martín Llaryora. La crisis oficial se intensificó con la renuncia de Posse, la designación de Guillermo Francos como su reemplazo y las denuncias contra la ministra de Capital Humano.
En términos económicos, el Banco Central ha ralentizado el aumento del dólar oficial, que es menor al aumento de la inflación. Esto provoca, en la opinión de los grandes capitalistas exportadores e importadores, un retraso cambiario que podría implicar una devaluación para moderar ese retraso. Esto se reflejó en una menor liquidación de divisas del agro.
Un factor que genera incertidumbre es el vencimiento del swap de monedas con China que el Gobierno no lograría postergar. En junio vencen U$S2.900 millones y en julio otros U$S1.900 millones de este crédito del Banco Central de China.
La disminución de tasas de interés a un 40% anual por parte del Banco Central (BCRA) fue una decisión que presionó al alza los dólares paralelos. Esta medida diluye los ahorros del pequeño ahorrista y, al mismo tiempo, genera que no se elijan colocaciones en pesos y se opte por comprar dólar blue o dólares financieros.
El Gobierno también ha estado lidiando con una bola de deuda. El Banco Central ha ido licuando la deuda en pesos, pero ha traspasado parte de esa deuda, que era a tasa de interés fija, a deuda del Tesoro (Ministerio de Economía), que es a tasa de interés variable.
La ligera disminución de la inflación gracias al estancamiento de la economía es uno de los pocos datos que celebra el Gobierno. Sin embargo, hay economistas que anticipan que los precios pueden volver a acelerarse (por ejemplo, si hay una nueva devaluación).
El Gobierno se enfrenta a problemas en el terreno de la economía y la política. ¿Podrá navegar con éxito a través de esta situación o será consumido por los «mercados»? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, nada bueno se espera para la clase trabajadora. Es necesario enfrentar el plan de ajuste de Milei y Caputo, que está atacando las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras.