Nigel Farage, el controvertido político británico y ferviente defensor del Brexit, ha anunciado su inesperado regreso a la política y su intención de presentarse como candidato en las próximas elecciones generales del Reino Unido. Esta decisión ha sacudido la actual campaña electoral y ha amenazado con desbaratar la estrategia del candidato del Partido Conservador, Rishi Sunak. Farage, conocido por su habilidad para manipular el espectáculo político y provocar controversia, ha revelado que se presentará por el partido que él mismo fundó, Reform UK (anteriormente conocido como el Partido del Brexit).
Hasta ahora, Farage había ocupado el puesto de presidente honorífico de Reform UK, un cargo que claramente no satisfacía su ambición política. En un movimiento audaz, ha desplazado al actual presidente de Reform UK, Richard Tice, para asumir el liderazgo del partido.
Al anunciar su regreso a la política activa, Farage declaró: “He cambiado de opinión. Es algo que está permitido, no siempre es una señal de debilidad. Puede ser incluso una señal de fortaleza. He decidido presentarme en estas elecciones” y añadió que su objetivo es «liderar una revuelta política, para dar la espalda al actual status quo, que no funciona. Ya nada funciona en este país». No ocultó su deseo de desafiar al Partido Conservador y asumir un papel de oposición si el Partido Laborista logra la victoria en las urnas, como sugieren las encuestas.
La decisión de Farage de presentarse a las elecciones ha causado una revuelta en la circunscripción de Clacton, donde el candidato previamente seleccionado por Reform UK, Tony Mack, un taxista con formación de psicoterapeuta, ha sido desplazado. Mack ha sido criticado por sus comentarios ofensivos hacia los musulmanes y por compartir imágenes antisemitas en las redes sociales.
Las encuestas sugieren que Reform UK podría obtener un promedio del 11% de los votos en las próximas elecciones. En algunas circunscripciones, el partido podría recibir hasta el 20% de los votos. La noticia del regreso de Farage a la política ha causado preocupación en el Partido Conservador, ya que se cree que su presencia podría aumentar el apoyo a Reform UK y debilitar las posibilidades de los conservadores. Según el empresario británico Arron Banks, un importante financiador de la campaña del Brexit y del partido de Farage, al menos 10 diputados conservadores podrían cambiar de bando si Farage logra aumentar el apoyo a Reform UK.
El candidato conservador, Rishi Sunak, esperaba sorprender a Farage y a su partido con la convocatoria anticipada de elecciones para el 4 de julio. Sin embargo, esta estrategia no ha resultado como esperaba. Reform UK ha logrado presentar 630 candidatos en todo el país, cubriendo la mayoría de las circunscripciones electorales.
En contraste con las elecciones de 2019, cuando el entonces partido del Brexit decidió no presentarse en 317 circunscripciones donde los conservadores tenían posibilidades de ganar, en esta ocasión, Reform UK planea competir en todo el país. Los sondeos sugieren una derrota histórica para los conservadores y una victoria para los laboristas.
Farage se ha centrado otra vez en la cuestión de la inmigración en estas elecciones. Ha criticado duramente a Sunak por su fallida estrategia de deportaciones a Ruanda y no ha dudado en calificar la llegada de nuevos inmigrantes al Reino Unido como una «invasión». Además, ha dirigido sus críticas hacia los jóvenes musulmanes, a quienes acusa de adoptar visiones cada vez más radicales y de convertirse en un grupo demográfico «profundamente antibritánico».