La participación del farmacéutico en el tratamiento contra la diabetes

La intervención del farmacéutico mejora la adecuación del tratamiento antidiabético en mayores de 80 años

El tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) es un tema delicado y complejo en el ámbito médico. Los objetivos del tratamiento incluyen evitar los síntomas de la hiperglucemia, mejorar la calidad de vida, prevenir las complicaciones micro y macrovasculares, y prolongar la supervivencia. Sin embargo, un control excesivo de la DM2 se ha relacionado con un mayor riesgo de hipoglucemia, que puede provocar caídas, deterioro cognitivo, y complicaciones cardiovasculares en pacientes de edad avanzada.

Según Àngels Pellicer, farmacéutica de atención primaria de la Unitat de Suport a la Prescripció de la Direcció d’Atenció Primària de Girona, el control riguroso de la glucosa en sangre ha sido tradicionalmente considerado como beneficioso para prevenir las complicaciones a largo plazo de la diabetes. Sin embargo, en ciertos grupos de pacientes, como los ancianos frágiles, un control excesivo puede tener consecuencias negativas.

Estos pacientes, al mantener un control glucémico demasiado estricto con un nivel de HbA1c por debajo del 7%, incrementan el riesgo de hipoglucemia y, con ello, de complicaciones y de fallecimiento. Por lo tanto, es importante un correcto balance entre los beneficios y los riesgos del control glucémico en pacientes de edad avanzada. En algunos casos, es preferible priorizar la calidad de vida y la seguridad del paciente en lugar de buscar un control glucémico muy riguroso

Estudio FARMADECUA-DM2

Con base en estos principios, se llevó a cabo el Estudio FARMADECUA-DM2 entre octubre de 2022 y diciembre de 2023. Este estudio comparó dos métodos de intervención farmacéutica para adecuar el tratamiento antidiabético en personas mayores con un control metabólico excesivo. La investigación fue reconocida con el segundo premio SEFAP a la Investigación 2024.

El estudio implicó a cuatro áreas sanitarias de Atención Primaria de Cataluña y a 38 equipos de atención primaria que dan cobertura a 787.413 adultos. Se siguió a más de 600 personas mayores de 80 años que recibían tratamiento con dos o más fármacos antidiabéticos y que presentaban síntomas de un control metabólico excesivo.

Los participantes se dividieron en dos grupos. A los médicos de atención primaria de los del grupo de control, los farmacéuticos de atención primaria les informaron del estudio y les hicieron llegar una infografía con recomendaciones y un listado opcional de pacientes que cumplían los criterios de inclusión. A los médicos de los pacientes del grupo de intervención, además, se les hizo llegar un archivo encriptado con los datos de cada paciente y las recomendaciones individualizadas elaboradas por el FAP.

El principal resultado del estudio es que las dos intervenciones realizadas por los farmacéuticos de atención primaria, dirigidas a los médicos de familia, lograron una disminución significativa en el porcentaje de pacientes mayores de 80 años que tenían dos o más fármacos antidiabéticos prescritos y un exceso de control de la diabetes.

Reducción de fármacos

En particular, la reducción del número de fármacos antidiabéticos fue de 0,36 puntos en el grupo intervención y de la mitad en el grupo control. Como resultado, el número de pacientes que tomaban dos fármacos antidiabéticos pasó de representar el 65% de la muestra al 53,9%, y los que tomaban 3 pasaron de ser el 30% al 22%. Además, el nivel de HbA1c se incrementó, aunque no llegó a superar en ningún caso los objetivos de control para este grupo de edad.

Àngels Pellicer explica que, a medida que las personas envejecen, sus objetivos de tratamiento y necesidades de salud pueden cambiar. La deprescripción de fármacos antidiabéticos en pacientes mayores es importante principalmente para reducir los riesgos asociados a la polifarmacia y mejorar la calidad de vida.

Base para otros estudios

Este trabajo pone de relieve el papel del FAP como revisor de la medicación y líder en el diseño de estrategias formativo-educativas para influir en la adecuación de la terapéutica. Además, permite poner en valor el papel del FAP en la optimización de los tratamientos mediante recomendaciones al médico de familia centradas en cada paciente facilitando la toma de decisiones.

Según Pellicer, este tipo de intervenciones pueden ser escalables a otras áreas sanitarias. Aunque cada área sanitaria puede presentar sus propias particularidades en términos de recursos, organización y necesidades específicas de la población, los principios y la metodología utilizados en este estudio pueden adaptarse y aplicarse en otros entornos e incluso a otros grupos de fármacos.

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