La comunidad de diversas organizaciones feministas, de diversidad sexual, sociales, políticas y sindicales, se ha unido para convocar a una nueva jornada de movilización. Esta acción se produce nueve años después de la masiva marcha por Ni Una Menos, un movimiento que busca poner fin a la violencia de género y femicidios.
La reciente convocatoria se produce en un contexto particularmente doloroso, marcado por el reciente lesbicidio de Pamela, Rozana y Andrea, que ocurrió en una pensión en el barrio de Barracas en la Ciudad de Buenos Aires. Este trágico suceso ha destacado la cruda realidad de la violencia que sufren las mujeres y las personas LGBTIQ+ en Argentina, y ha dejado al descubierto la precariedad de la vida que atraviesan estos grupos marginados, que se ha profundizado con la crisis.
Además de la violencia de género, estas comunidades también se enfrentan a problemas de pérdida de ingresos, despidos y falta de acceso a una vivienda. Estos problemas son una realidad en todo el país, tanto en la ciudad más rica como en las provincias más pobres.
En la provincia de Misiones, las docentes y trabajadoras de la salud han estado llevando a cabo paros, movilizaciones y acampes durante semanas, protestando contra los bajos salarios y en defensa de la educación pública. Esta lucha se produce en un contexto en el que los gobernadores están implementando medidas de ajuste que están afectando a los trabajadores y a los más vulnerables.
Uno de los principales puntos de descontento que ha llevado a la movilización es la Ley de Bases del gobierno de Milei. Esta ley, entre otras medidas, impediría que 9 de cada 10 mujeres se jubilen, llevaría a la pérdida de múltiples derechos laborales y beneficiaría a los grandes empresarios con blanqueos y exenciones impositivas. En respuesta a esta realidad, la izquierda se está movilizando con un polo independiente, exigiendo a las centrales sindicales que llamen a un paro y movilización, y que impulsen un plan de lucha para rechazar esta iniciativa y el plan de ajuste en general.
Además de estos desafíos, el gobierno también ha sido criticado por guardar alimentos en depósitos durante meses sin repartirlos, a pesar de la creciente crisis. Esta situación ha exacerbado aún más la precariedad de la vida que enfrentan las mujeres y las personas LGBTIQ+ en Argentina.
En medio de esta crisis, diversas organizaciones están haciendo un llamado para organizarse y luchar por un feminismo socialista. La Agrupación Pan y Rosas es una de las que está al frente de este llamado, buscando unir a las mujeres y a las personas LGBTIQ+ en la lucha por la igualdad y la justicia social.
La situación en Argentina es crítica y la movilización es necesaria. Las mujeres y las personas LGBTIQ+ están sufriendo violencia, enfrentando condiciones de vida precarias y luchando contra las políticas gubernamentales que amenazan sus derechos y su bienestar. La lucha por la igualdad y la justicia social es más relevante que nunca, y estas organizaciones están liderando el camino en esta lucha.