Los ciclos de moda son una realidad, especialmente cuando se trata de la industria del automóvil. Las tendencias y necesidades de consumo cambian con el tiempo, y hoy en día, nos encontramos en un punto de inflexión donde los vehículos se están volviendo cada vez más grandes y pesados, pero al mismo tiempo, hay una creciente necesidad de soluciones de movilidad y transporte sostenibles. En este contexto, un deportivo que se presentó en Japón en 1991, el Suzuki Cappuccino, podría ser un ejemplo perfecto de un automóvil que podría ayudar a cumplir los objetivos de sostenibilidad para el futuro.
El Suzuki Cappuccino es un ejemplo emblemático de los Kei Cars deportivos. Este vehículo fue concebido a finales de los años ochenta, mucho antes del Swift GTI y del Swift Sport. El Cappuccino fue diseñado para cumplir con las estrictas regulaciones de los Kei Cars japoneses, que todavía están vigentes hoy en día. Estas regulaciones estipulan que los vehículos no pueden exceder los 3,3 metros de longitud, 1,4 metros de ancho, y deben tener una capacidad del motor de no más de 0,66 litros.
El Cappuccino, al igual que todos los Kei Cars, contaba con un motor tricilíndrico que producía 64 CV. A pesar de estas limitaciones de tamaño y capacidad del motor, el Cappuccino se destacó por su diseño deportivo, tracción trasera, motor colocado entre el habitáculo y el tren delantero, y su ligero peso de 725 kilogramos. Este vehículo fue diseñado para ofrecer un equilibrio de peso 50%/50% entre los ejes cuando se ocupan los dos asientos. Esto le daba al Cappuccino una sensación de manejo única, muy al estilo de los coches deportivos británicos.
El Cappuccino fue conocido por ser un coche que consumía poco combustible, incluso en comparación con otros modelos JDM (Japanese Domestic Market). Su ligero peso jugó un papel crucial en lograr unas cifras de consumo interesantes para los modelos de gasolina de la época: 7,2 litros a los 100 en ciclo urbano, 5,4 a unos 100 kilómetros por hora y 7,7 a 120 kilómetros por hora constantes. El Cappuccino estaba limitado electrónicamente a 136 kilómetros por hora, por lo que no podía ir mucho más rápido.
Con los avances tecnológicos en eficiencia de combustible y reducción de emisiones, un Cappuccino moderno podría lograr unas cifras realmente impresionantes en términos de eficiencia, sin perder su carácter deportivo. Esto es particularmente notable considerando que otros JDM de la época y más modernos superaban los 11 litros a los 100.
Según Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, los pequeños coches biplaza, como el Cappuccino y otros Kei Cars, podrían volverse populares en la actual carrera por la eficiencia de los motores de combustión. Esto tiene sentido, especialmente para los entusiastas del automóvil, a pesar de que la tendencia actual se inclina más hacia los vehículos de mayor tamaño.
A pesar de su potencial, el Suzuki Cappuccino nunca llegó a las costas españolas. Después de ser exportado de su Japón natal, donde se concentraron la mayoría de las ventas, el Cappuccino se vendió en el Reino Unido, Alemania, Francia, Suecia y los Países Bajos. Hoy en día, es posible encontrar un Cappuccino de segunda mano en algunos de estos países por menos de 15.000 euros. Sin embargo, para poder conducirlo en España, habría que sumarle el proceso de matriculación para importarlo desde otro país de la Unión Europea. A pesar de estos obstáculos, el Suzuki Cappuccino sigue siendo un ejemplo destacado de cómo un vehículo de hace casi tres décadas podría tener un papel en el futuro de la sostenibilidad en la movilidad.