La recién electa presidenta de México, Claudia Sheinbaum, emergió después de la medianoche para celebrar su victoria desde el búnker de Morena. En un discurso conmovedor, destacó que su deber es y será siempre velar por cada uno de los mexicanos sin distingos. Esta promesa resuena con fuerza tras una victoria aplastante que ha dejado la diferencia para la presidencia de la República en más de 30 puntos.
Además, aseguró que su partido ha ganado la mayoría cualificada en la Cámara de Diputados y muy probablemente en la de Senadores. Estos resultados la colocan en una posición de poder y mando significativos, marcando un nuevo hito en la historia política de México.
Sheinbaum ha dedicado palabras de agradecimiento a los ciudadanos mexicanos que participaron en la jornada electoral y a los candidatos opositores, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. Ambos hicieron una llamada minutos antes para reconocer su derrota, un gesto de deportividad que Sheinbaum ha destacado en su discurso.
Sin embargo, su reconocimiento más emotivo fue para los ciudadanos de México. Sheinbaum expresó su gratitud por el apoyo que el pueblo ha mostrado a su historia, sus resultados, su convicción y su voluntad. Pero más importante aún, por el reconocimiento del pueblo a su proyecto de nación.
Sheinbaum también hizo historia al convertirse en la primera mujer presidente de México, un logro que fue recibido con entusiasmo por la multitud que respondió con gritos de «¡Presidenta, presidenta!». Esta victoria representa un hito importante en los 200 años de la República y un avance significativo en la igualdad de género en la política mexicana.
La presidenta electa destacó su visión de un México plural, diverso y democrático. Aunque reconoció que muchos mexicanos pueden no estar completamente de acuerdo con su proyecto, prometió que trabajarán en paz y armonía para seguir construyendo un México justo y próspero.
Sheinbaum prometió un gobierno honesto, sin corrupción ni impunidad, y con austeridad republicana. Aseguró que su gobierno mantendrá la disciplina y la autonomía del Banco de México. Este compromiso con la honestidad y la austeridad son promesas clave que la presidenta electa hará todo lo posible por cumplir.
Un Zócalo lleno espera su próximo discurso, un discurso que será histórico no solo por ser el de la primera presidenta en la historia de México, sino también por ser el de la primera presidenta en toda Norteamérica. Este logro pone a Claudia Sheinbaum en el centro de atención no solo en México, sino en toda la región.