El próximo domingo, 9 de junio, se celebran las elecciones al Parlamento Europeo en la Unión Europea, donde se eligen a 720 eurodiputados que representan a los ciudadanos de los 27 Estados miembros. Los eurodiputados son renovados cada cinco años, haciendo de este evento una cita clave para la política de la Unión.
La cuestión que se plantea ahora es, ¿cuál será el nuevo equilibrio de fuerzas que saldrá de las urnas? ¿Qué partidos se presentan? ¿Cuánto importa cada país? Estas elecciones no solo son importantes por el papel que juegan los eurodiputados en la formulación de políticas a nivel de la UE, sino también por la representación que brindan a los ciudadanos de la UE en decisiones que afectan a toda la Unión.
En estas elecciones, los nombres de los 720 eurodiputados saldrán de las urnas de los 27 Estados miembros, siguiendo la normativa electoral de cada país. Los países pequeños están sobrerrepresentados, una corrección establecida para que todos los miembros tengan voz en la Eurocámara. La población determina cuántos parlamentarios envía cada miembro, con un mínimo de seis para los menos poblados como Malta, Chipre y Luxemburgo, y un máximo de 96 para el país con más habitantes, Alemania.
España, por ejemplo, nombra a 61 eurodiputados, dos más que en los anteriores comicios. A diferencia de las Elecciones Generales, el sistema electoral en las elecciones europeas no exige un porcentaje mínimo de voto para acceder al reparto de escaños y se rigen por una circunscripción única. Esta segunda característica anima a las fuerzas nacionalistas a reunir sus fuerzas en coaliciones.
Una vez los eurodiputados llegan al hemiciclo, se unen en grupos políticos transnacionales. En el Parlamento saliente, que tomó posesión en 2019, se conformaron siete familias, vinculadas por su afinidad política, desde conservadores a progresistas o liberales, así como una agrupación de no inscritos.
Los sondeos pronostican un viraje a la derecha. El Partido Popular Europeo volverá a ganar las elecciones, según el promedio de los sondeos nacionales de Europe Elects, una organización que se dedica a la recopilación de datos electorales en el continente. Los socialistas se situarían en 138 escaños y los liberales en 86.
En cuanto a las formaciones ultra, llegan a esta cita electoral en máximos en muchos países y en el propio Europarlamento. Según los sondeos, crecerán un 3% con respecto a 2019. Estos grupos quieren imponer medidas extremas contra la inmigración, desacelerar la agenda verde y devolver el peso de muchas decisiones al terreno nacional.
Una vez elegidos, los eurodiputados tienen la responsabilidad de desarrollar las leyes comunitarias, aprobar y supervisar los presupuestos. Uno de los primeros cometidos de los parlamentarios cuando llegan a Estrasburgo es elegir al presidente de la Comisión Europea, que en el último mandato ha sido Ursula von der Leyen.
La presidenta de la Comisión es propuesta por el Consejo Europeo, formado por los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 miembros de la UE. Como el Consejo tiene que tener en cuenta los resultados electorales, suele sugerir a un candidato del grupo político más votado, que después tendrá que contar con la aprobación de una mayoría absoluta del Parlamento. Von der Leyen se ha presentado a la reelección.
En definitiva, estas elecciones al Parlamento Europeo son una oportunidad para que los ciudadanos de la UE influyan en las decisiones que afectan a toda la Unión. Es un momento en que los votantes pueden hacer oír su voz y tener un impacto en el futuro de la UE.