El desarrollo de vehículos eficientes en consumo y amigables con el medio ambiente es un tema de discusión en la industria automotriz de hoy. Sin embargo, hace más de 40 años, un prototipo de Volvo ya había alcanzado estos objetivos. El Volvo LCP 2000 se adelantó a su época con características como un motor de tres cilindros, bajo nivel de emisiones, consumo de combustible ridículamente bajo, combustible alternativo y materiales ultraligeros.
Lanzado en 1983, el Volvo LCP 2000, cuyo nombre se traduce como «prototipo de componentes ligeros», se destacó por su diseño futurista y su compromiso con el medio ambiente. El prototipo era un producto de la visión de Volvo para un futuro en el que los coches serían más ligeros y eficientes en términos de consumo de combustible.
A pesar de su tamaño compacto, el LCP 2000 pesaba menos de 700 kg. La ligereza del coche se debía al uso de materiales reciclados y reciclables, además de la fibra de carbono, un material que era casi inédito en aquellos años. El LCP 2000 también incorporaba motores nada convencionales que funcionaban con varios combustibles, lo que daba al coche un peculiar olor a pescado a su paso.
El LCP 2000 estaba equipado con un motor diésel de tres cilindros. Había dos tipos de motores disponibles, ambos transversales y con un diseño especial. Uno de ellos era un motor ligero de magnesio de 1.3 litros y 50CV, mientras que el otro tenía un bloque de hierro fundido, 1.4 litros y 90CV. Estos motores estaban aislados térmicamente sin una camisa de refrigeración en la culata, utilizando el aceite del motor como refrigerante.
Una de las características más notables del LCP 2000 era su capacidad para funcionar con cualquier tipo de combustible, incluyendo el aceite de colza. Este hecho peculiar daba al coche un olor agradable, similar al de los alimentos que la abuela hubiera frito la noche anterior.
En cuanto a la transmisión, todos los modelos LCP contaban con una transmisión manual de cinco velocidades o una transmisión de relación variable (CVT) controlada electrónicamente.
El diseño del LCP 2000 también era innovador. El prototipo tenía un diseño estilizado y aerodinámico para reducir la resistencia al viento y aumentar la eficiencia del combustible. Además, el coche tenía un diseño de cabina avanzado con capacidad para cuatro personas.
Para alcanzar sus objetivos de peso y consumo de combustible, Volvo utilizó diferentes tipos de plástico, magnesio y aluminio en la construcción del LCP 2000. Estos materiales no sólo eran ligeros, sino que también eran reciclables y estaban disponibles en abundancia. Una de las innovaciones más significativas fue el uso de fibra de carbono para los marcos de las puertas, un material completamente nuevo y no probado en aquel entonces.
A pesar de sus innovaciones y su visión futurista, el LCP 2000 no se produjo en masa. En 1983, el mercado no estaba preparado para un coche ecológico. En aquel entonces, la potencia y el rendimiento eran las claves para un coche. Sin embargo, el LCP 2000 no fue un fracaso total. Los estudios del consumo total de energía del LCP, desde la materia prima hasta el eventual desguace, formaron la base de la estrategia medioambiental EPS de Volvo Cars.
Hoy en día, el LCP 2000 es un recordatorio de que la visión de un futuro más limpio y eficiente en el consumo de combustible no es nueva. Hace más de 40 años, Volvo ya estaba explorando estos conceptos. El LCP 2000 es un testimonio del compromiso de Volvo con la innovación y la sostenibilidad, un compromiso que sigue siendo una parte integral de la filosofía de la empresa hoy en día.