Real Madrid ha demostrado una vez más su supremacía en el baloncesto al avanzar a la final de la ACB después de eliminar a su eterno rival, el Barcelona, en una serie de partidos cargados de emoción y apasionantes lances. Hace apenas una semana, el equipo blanco sufrió la decepción de perder la final de la Euroliga en Berlín, pero hoy ha demostrado su capacidad de superación y resiliencia, dejando atrás ese mal trago para enfocar todas sus energías en la ACB.
A pesar de que el Barcelona luchó con todas sus fuerzas, apoyado por un Roger Grimau en el banquillo que seguramente esté viviendo su última temporada al frente del equipo, no pudo hacer frente a la fortaleza del Real Madrid. En un Palau lleno de emoción, el equipo blanco selló su pase a la final gracias a un letal Campazzo en la recta final del partido.
El Real Madrid, con una semana brillante, busca ahora la reconquista de la Liga Endesa y el triplete nacional ante Unicaja o UCAM Murcia. Por su parte, el Barcelona cierra un año aciago, sin Final Four y sin nada que llevarse a la boca, encajando casi 300 puntos en tres partidos, lo que pone en entredicho el proyecto tras la era de Jasikevicius.
Los azulgrana, a base de agresividad y energía, dieron muestra de gran lucha. Jabari Parker, con un excepcional rendimiento de 27 puntos y seis rebotes, fue la pieza clave para mantener al Barça en el partido hasta el último minuto y medio. Sin embargo, cuando el partido estaba en sus instantes más decisivos, las muñecas de Laprovittola y Abrines temblaron, y fue entonces cuando emergió la figura de Campazzo para sentenciar el partido con dos grandes canastas.
El Barcelona mostró signos de desesperación, reflejo de la frustración de una temporada decepcionante. Kalinic, una pieza clave en el pasado, ni siquiera fue convocado para el partido. En medio de este escenario, Grimau no tuvo más opción que elevar la temperatura, involucrando al Palau y enervando a sus pupilos. Sin embargo, esta estrategia resultó en la expulsión de su mejor jugador, Vesely, a los 12 minutos de juego.
El Willy, como única opción en la pintura, y un maravilloso Jabari Parker, fueron los protagonistas de la reacción del Barça. Entre la pareja de ex NBA, acumularon 28 puntos para acercar al Barça que seguía encendido y que había encontrado el perímetro para seguir con vida al descanso.
El partido se convirtió en un espectáculo de alto nivel tras el paso por vestuarios. Con un poderoso mate de Jabari sobre Tavares y un alley oop de Campazzo y Hezonja, el Barcelona parecía haber superado sus miedos. Con el primer triple de Abrines en la semifinal y el enésimo de un Jabari que lo acaparaba todo, los de Grimau se pusieron por delante, en una batalla ahora sin dueño y sin complejos.
Musa era la respuesta blanca, pero el Barça por primera vez en la serie estaba subido en la ola, fino en ataque. Las faltas en ataque penalizaban a un Madrid que no desesperaba y un triple sobre la bocina de Ricky cerró el tercer acto. Fue un momento clave que enchufó momentáneamente al base, que tomó las riendas en el estupendo toma y daca que se había convertido la tarde en el Palau.
Finalmente, el Madrid tiró de lo mental para mantenerse en la batalla, jugando con los nervios del rival. Y eso que Laprovittola anotó un gran triple a falta de dos minutos. Entonces, Campazzo como respuesta, como puntilla. Seis puntos del argentino, silenciaron el Palau y sellaron la victoria del Real Madrid. Ahora, el equipo blanco tiene la mirada puesta en la final de la ACB, donde buscará la reconquista de la Liga Endesa y el triplete nacional.