Decenas de detenidos en nuevo campamento propalestino de la Universidad de California por parte de la policía | Internacional

EL PAÍS

La policía intervino y desmanteló un campamento universitario propalestino en la Universidad de California Santa Cruz, resultando en el arresto de unas 80 personas. La rectora del centro, Cynthia Larive, justificó la intervención policial en base a que las protestas estaban interrumpiendo las operaciones de la universidad y habían ignorado las solicitudes previas de desalojo.

Los protestantes se habían establecido en la entrada principal del campus universitario y los intentos previos por parte de la administración para que abandonasen el lugar habían sido infructuosos. Esta situación llevó a la rectora a solicitar el apoyo de las fuerzas de seguridad, cuya presencia desató momentos de tensión y confrontación con los estudiantes.

Las imágenes y videos compartidos en las redes sociales muestran a los oficiales de policía, con equipo antimotines, en el proceso de desalojar a los estudiantes. Se puede observar a los manifestantes encadenados entre sí, una táctica diseñada para resistir los intentos de rompimiento de la protesta. La policía procedió a retirar pancartas y otros objetos que bloqueaban el acceso a la universidad antes de enfrentar a los manifestantes.

Los estudiantes propalestinos, que se manifestaban contra la guerra en Gaza, exigen que la universidad cese cualquier inversión en empresas que mantienen relaciones comerciales con Israel. Los manifestantes también se pronunciaron contra la presencia policial en el campus, exigiendo su salida y lanzando mensajes de apoyo a los “mártires” de Gaza.

Durante el desalojo, algunos estudiantes afirmaron haber sido golpeados en el pecho y las costillas por los oficiales. Las imágenes compartidas en las redes sociales muestran a varios estudiantes sometidos por la policía, con las manos atadas con grilletes de plástico.

La rectora Larive defendió la decisión de llamar a la policía, afirmando que la protesta estaba afectando negativamente a la comunidad universitaria. Larive citó un incidente en el que un vehículo de emergencia fue impedido de ingresar al campus debido a las barricadas y obstáculos construidos por los manifestantes.

Esta acción de represión ha sido criticada por el cuerpo académico de la universidad. Profesores y empleados de varios campus se han unido a una huelga desde el 20 de mayo en solidaridad con los estudiantes. Esta huelga ha sido seguida en los campus de Santa Cruz, Los Ángeles y Davis.

Una nueva protesta contra los rectores está programada para el 3 de junio en los campus de Santa Bárbara y San Diego. Dos días después, se unirá el profesorado de Irvine. La Universidad de California ha calificado esta huelga como ilegal y ha amenazado con castigos, incluyendo despidos, a quienes participen.

El personal que se ha unido a la huelga pertenece a una sección del sindicato United Auto Workers, una de las organizaciones gremiales más grandes del país. Esta situación destaca la creciente tensión entre la administración de la universidad y su comunidad académica, así como la polarización en torno al conflicto israelí-palestino.

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