Ucrania y el desafío de evitar un callejón sin salida en la expansión de la UE | Elecciones europeas 2024 | Noticias

EL PAÍS

La invasión rusa a Ucrania ha reavivado la discusión sobre la adhesión de este país a la Unión Europea, un tema que ha cobrado importancia en el escenario político global. Según el instituto de estudios políticos Razumkov, el apoyo a la adhesión a la Unión de la población ucraniana ha aumentado del 60% en los años previos a la guerra a un 84% en enero pasado. Este aumento en el apoyo a la adhesión puede atribuirse, en gran medida, a la agresión de Moscú hacia Ucrania.

En Bruselas, la primera guerra a gran escala entre Estados en el continente desde la Segunda Guerra Mundial ha derribado muros respecto a la ampliación de la Unión. Esto quedó evidenciado cuando el Parlamento Europeo aprobó una declaración apoyando la adhesión de Ucrania a la Unión solo cinco días después de que comenzara la invasión a finales de febrero de 2022. Además, la Comisión Europea actualmente está considerando fórmulas como una integración gradual para superar la resistencia de los países miembros más reticentes.

La solidaridad con Ucrania ha impulsado el proceso de adhesión a la Unión Europea, que tuvo su último capítulo significativo en diciembre pasado, cuando se acordó abrir las negociaciones para la adhesión. Este proceso no solo ha beneficiado a Ucrania, sino también a otros países como Moldavia, Georgia y los países de los Balcanes occidentales (Serbia, Bosnia, Montenegro, Macedonia del Norte, Kosovo y Albania). Algunos de estos países han tenido el estatus oficial de candidatos durante años, pero su camino hacia la adhesión ha sido bloqueado.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha propuesto que la Unión Europea debería prepararse para admitir a nuevos miembros durante la legislatura que comienza el 9 de junio. Sin embargo, la realidad es que el camino hacia la adhesión a la Unión no será fácil. A pesar de que la guerra ha creado un impulso para la adhesión de estos países, no existe unanimidad entre los países miembros de la Unión Europea respecto a la admisión de nuevos miembros.

Además, el avance de las fuerzas ultranacionalistas y euroescépticas amenaza con llevar el proceso de adhesión a un callejón sin salida. En Francia, por ejemplo, el presidente Nicolas Sarkozy incluyó en la Constitución que cualquier nuevo ingreso de un país en la Unión Europea debía aprobarse en referéndum. Con la creciente posibilidad de que Marine Le Pen llegue al poder, los próximos pasos en el proceso de adhesión se complican.

Para evitar la frustración de los países candidatos, se plantea que desde Bruselas y los Estados miembros se ofrezcan compromisos claros y una senda de negociación y acceso creíble para los países candidatos. Estos compromisos incluyen reformas, la adopción del acervo legal comunitario, la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento del Estado de derecho.

No obstante, existe el riesgo de que el proceso de adhesión a la Unión Europea genere altas expectativas en los países candidatos, lo que podría llevar a un desencanto si el proceso se alarga demasiado. De hecho, una encuesta del centro demoscópico Rating asegura que un 56% de los ucranios están convencidos de que en menos de cinco años ya formarán parte de la Unión Europea, un plazo cortísimo para los tiempos de la Unión.

En suma, mientras que la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha impulsado las discusiones sobre la adhesión de nuevos países a la Unión Europea, aún queda un largo camino por recorrer. Las barreras políticas, la resistencia de algunos países miembros, el avance de las fuerzas ultranacionalistas y euroescépticas, y las altas expectativas de los países candidatos son solo algunos de los desafíos que enfrenta este proceso.

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