El panorama global se ha vuelto más tenso después de que Estados Unidos autorizara a Kiev a utilizar sus armas para atacar objetivos en Rusia, una medida que ha encontrado apoyo en otros miembros de la OTAN, incluyendo Alemania. Esta decisión se produce a pesar de las advertencias de Rusia sobre una posible escalada de tensiones.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, decidió cruzar esta línea roja, y muchos ministros de Exteriores de la OTAN han expresado su aprobación a la decisión. Mientras tanto, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, ha minimizado la importancia de la decisión, argumentando que no supondrá ninguna escalada del conflicto.
Stoltenberg sostiene que permitir que las armas occidentales alcancen objetivos en Rusia no es «nada nuevo», ya que Gran Bretaña ha estado enviando misiles de crucero a Kiev sin restricciones durante un tiempo. Además, señaló que la OTAN ha estado recibiendo amenazas de Rusia cada vez que presta apoyo a Ucrania.
Esta situación, según Stoltenberg, forma parte de los esfuerzos del presidente ruso Vladimir Putin y de Moscú para evitar que los aliados de la OTAN apoyen a Ucrania en su defensa. Stoltenberg reafirmó que Ucrania tiene derecho a la autodefensa y que la OTAN tiene derecho a ayudarla en ese proceso.
El respaldo a la decisión de permitir a Ucrania utilizar sus armas ha ido en aumento en las últimas semanas, después de que Rusia lanzara ataques de artillería contra Jrkiv desde su territorio. El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, había insinuado previamente que un cambio en la postura de Washington se avecinaba.
El presidente Biden se había resistido a suavizar su prohibición, temiendo que esto pudiera arrastrar a la OTAN a un conflicto directo o incluso a un enfrentamiento nuclear con Moscú. Sin embargo, la creciente presión por parte de una Ucrania desesperada parece haber cambiado su postura.
Alemania, que anteriormente se había negado a entregar a Ucrania misiles Taurus de largo alcance, también ha cambiado su postura. La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, ha declarado que han dejado claro desde el principio que el derecho de autodefensa es su línea de apoyo, y están haciendo todo lo posible para que la OTAN no se vea arrastrada a esta guerra.
Otros países, incluyendo Gran Bretaña, Holanda, Finlandia, Polonia y Francia, también han expresado su apoyo al derecho de Ucrania a la defensa. El presidente francés, Emmanuel Macron, fue quien inició la idea de que Kiev debería poder contraatacar los ataques.
A pesar de las amenazas de «graves consecuencias» de Putin si los países occidentales permiten a Ucrania utilizar sus armas para atacar objetivos en Rusia, los aliados han ignorado estas amenazas, manteniéndose firmes en su apoyo al derecho de Ucrania a la autodefensa.
Las fuerzas ucranianas, superadas en armamento, están luchando para contener la ofensiva de Moscú en la región de Jrkiv, cerca de la frontera. Según el ministro checo de Asuntos Exteriores, Jan Lipavsky, tiene sentido detener estos ataques antes de que se produzcan en el territorio de Ucrania.
El jefe de la diplomacia lituana, Gabrielius Landsbergis, expresó su plena confianza en que los ucranianos son absolutamente capaces de definir los objetivos.
Para el secretario General de la OTAN, este nuevo paso al frente confirma el compromiso de la Alianza con Ucrania y su disposición a respaldar su causa mientras sea necesario. Según Stoltenberg, es crucial asegurarse de que Moscú entienda que la OTAN está preparada para el largo plazo en su apoyo a Ucrania.
En una reunión informal que se celebrará próximamente, se debatirá el paquete de ayuda para Ucrania que se presentará en la cumbre de la OTAN en Washington en julio. En este encuentro, se espera que los aliados de la OTAN continúen mostrando su firme apoyo a Ucrania en medio de la creciente tensión con Rusia.