Los titulares falsos en los medios tradicionales son más peligrosos que las noticias evidentemente falsas | Tecnología

EL PAÍS

En un mundo tan interconectado como el nuestro, las noticias dudosas pueden tener un impacto significativo en la forma en que vemos y comprendemos los problemas globales. Un estudio reciente publicado en la revista Science ha demostrado que las noticias falsas y los titulares engañosos pueden tener un impacto considerable en la tasa de vacunación contra la COVID-19 en Estados Unidos.

El estudio analizó el impacto de los enlaces sobre vacunas en Facebook entre enero y marzo de 2021. Los resultados mostraron que los enlaces marcados como noticias falsas solo se vieron 8,7 millones de veces, lo que representa solo un 0,3% de las 2.700 millones de visualizaciones sobre vacunas en ese periodo. Sin embargo, los titulares que no estaban marcados como desinformación, pero que sugerían que las vacunas eran dañinas, fueron vistos cientos de millones de veces.

El impacto de estos titulares es tan extraordinario que la desinformación pura tiene mucha menos relevancia en comparación. La investigadora del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Jennifer Allen, sugiere que las plataformas de medios sociales deben hacer más para abordar este problema. Aunque los verificadores de Facebook identifican la desinformación más perjudicial, existen otras historias que pueden volverse virales y utilizarse para promover narrativas engañosas.

Esta investigación no solo pone de manifiesto la importancia de la verificación de hechos en las plataformas de medios sociales, sino también la responsabilidad de los medios de comunicación a la hora de redactar sus titulares. En un mundo donde la viralidad de una noticia puede determinarse por su titular, los periodistas deben ser conscientes de que su contenido puede ser sacado de contexto y utilizado para promover narrativas falsas.

Los autores del estudio calculan que el impacto de estos titulares engañosos fue 46 veces mayor que el de la desinformación más evidente. Utilizando los 233 millones de usuarios de Facebook en Estados Unidos, los investigadores estiman que estos titulares evitaron la vacunación de al menos 3 millones de personas.

Además de la desinformación sobre la vacunación, este estudio también examinó el fenómeno de los superdifusores de información falsa en Twitter. Los autores observaron un panel de más de 664.000 usuarios votantes registrados durante las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2020. Entre ellos, solo un pequeño grupo de 2.107 usuarios, que representaba el 0,3%, lograba distribuir el 80% de las noticias falsas.

Estos superdifusores de información falsa no solo tienen un impacto significativo en las redes sociales, sino que también son miembros influyentes de sus comunidades. El estudio reveló que este pequeño grupo de usuarios llegó a un 5,2% de los votantes registrados en Twitter. Los autores del estudio advierten que este descubrimiento destaca la vulnerabilidad de las redes sociales para la democracia, donde un pequeño grupo de personas puede distorsionar la realidad política de muchos.

Además, el estudio identificó algunas características personales de este grupo de superdifusores: en su mayoría son mujeres, de edad avanzada y con tendencias conservadoras. Este descubrimiento respalda un estudio anterior publicado en Nature, que mostraba que la mayoría de los consumidores de desinformación eran conservadores.

Por último, el estudio sugiere que las plataformas de medios sociales deben tomar medidas para limitar la difusión de la desinformación. Jennifer Allen propone que, como primer paso, Facebook podría priorizar el envío de contenido a los verificadores basándose en su potencial impacto dañino. La investigadora también sugiere que las Notas de Comunidad podrían ser una forma efectiva de mitigar el impacto de las historias dañinas que pasan la verificación de hechos, pero que carecen de contexto relevante.

Este estudio destaca la importancia de la verificación de hechos y la responsabilidad de los medios de comunicación en la era de las redes sociales. Con la creciente prevalencia de la desinformación, es esencial que tomemos medidas para abordar este problema y proteger la integridad de nuestra información y nuestras democracias.

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