La OTAN declarará el camino de Ucrania hacia la Alianza como «irreversible» | Internacional

EL PAÍS

La Alianza Atlántica está preparando un compromiso para Ucrania, un país invadido por Rusia, que traza una senda «irreversible» hacia la membresía de la OTAN. Sin embargo, no se espera que se produzca una invitación formal para que Ucrania se una a la organización militar en un futuro cercano. Esta situación podría desencadenar la frustración de Kiev, que ha estado esperando una propuesta más concreta.

La OTAN está consciente de que extender su paraguas de seguridad a Ucrania podría implicar arrastrar a la Alianza a la guerra. Sin embargo, también busca enviar un mensaje al Kremlin, que ha utilizado el argumento de la futura membresía de Kiev y la expansión de la OTAN como justificación para la invasión.

Las fuerzas armadas de Moscú están continuamente buscando abrir nuevos frentes en Ucrania, mientras los aliados de la OTAN debaten cómo fortalecer el apoyo económico, diplomático y militar al país. Esta discusión está ocurriendo en un entorno de preocupación por la posibilidad de que el presidente republicano Donald Trump, que ha mantenido una relación complicada con Ucrania, regrese a la Casa Blanca después de las elecciones presidenciales de noviembre en los Estados Unidos.

Las tensiones entre Ucrania y los Estados Unidos han aumentado en los últimos tiempos. Esto ha llevado a un aumento de la presión sobre la administración de Joe Biden, y otros aliados como Alemania, para permitir que Ucrania utilice el armamento que le han proporcionado para atacar objetivos militares en territorio ruso.

Jens Stoltenberg, el secretario general de la Alianza, ha subrayado que ha llegado el momento de reconsiderar algunas de las restricciones actuales para permitir a los ucranianos defenderse realmente. Stoltenberg hizo estas declaraciones durante una reunión de ministros de Exteriores en Praga, donde Ucrania fue el tema principal de la agenda.

Rusia ha acusado a la OTAN de elevar la tensión con el debate sobre el uso del armamento aliado. Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, ha declarado que los miembros de la OTAN, especialmente los Estados Unidos y otros países europeos, han entrado en una nueva fase de escalada de tensiones de manera deliberada.

Washington ha evitado hasta ahora permitir a Kiev lanzar ataques contra objetivos militares en Rusia con el armamento que le ha proporcionado, por temor a una confrontación directa con un adversario que posee armas nucleares. Sin embargo, a medida que se hace evidente que cortar las líneas logísticas de las tropas rusas es esencial para Ucrania, parece que esta postura podría cambiar.

Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, habló de cierta flexibilidad, afirmando que esta es, en última instancia, la guerra de Ucrania y que deben ser ellos quienes determinen cómo llevarla a cabo.

Alemania también parece estar cada vez más abierta a la idea de permitir que Ucrania utilice el armamento proporcionado para atacar objetivos militares en Rusia. Sin embargo, se ha negado a suministrar a Kiev sus potentes misiles Taurus, que tienen un alcance de más de 500 kilómetros.

El consenso sobre permitir a Ucrania atacar objetivos militares en Rusia está creciendo, pero en realidad, cada aliado tiene que acordar con Kiev qué uso debe dar al material que suministra.

En medio de este escenario de creciente tensión, la OTAN está buscando consolidar una iniciativa de seguridad y entrenamiento para Ucrania en la cumbre de Washington, donde conmemorará su 75 aniversario. Esta iniciativa busca acercar a Ucrania a la OTAN a través de programas de buen gobierno, interoperabilidad de sistemas, modernización del ejército y asimilación de sus fuerzas a las de la institución transatlántica, que cuenta con 32 miembros.

Sin embargo, el reto más desafiante ahora es determinar si este apoyo a largo plazo para Ucrania incluirá un apoyo económico sustancial que permita a Kiev saber con qué cuenta. Stoltenberg ha propuesto un plan de 100.000 millones de euros a cinco años, en una especie de salvavidas a prueba de Trump, pero el proyecto no ha despegado aún.

Por lo tanto, el camino de Ucrania hacia la membresía de la OTAN está plagado de desafíos, tanto políticos como económicos. El futuro de Ucrania y su relación con la OTAN es incierto y dependerá en gran medida de las decisiones que tomen los aliados de la OTAN en los próximos meses.

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