El Partido Comunista de Chile ha anunciado su intención de competir por la Gobernación de la Región Metropolitana, una decisión que ha provocado un amplio espectro de reacciones entre las colectividades de la centroizquierda. Las divisiones surgieron debido a la potencial candidatura de la líder del partido, Gloria Jara, que ha causado malestar a aquellos que están a favor de que el pacto entre el oficialismo y la Democracia Cristiana respalde la reelección de Claudio Orrego.
Jaime Quintana, presidente del Partido por la Democracia (PPD), expresó su descontento con la decisión del Partido Comunista durante una entrevista con Meganoticias. Quintana afirmó que proponer una candidatura alternativa a la de Orrego en la Región Metropolitana es equivalente a “no entender nada”. Esta declaración refleja la tensión existente entre las colectividades de centroizquierda, debido a la diversidad de opiniones en cuanto a la estrategia política a seguir.
A pesar de que las negociaciones formales por los gobiernos regionales aún no han comenzado, el PPD ha sido claro al manifestar su apoyo a Orrego. José Toro, el secretario general del PPD, subrayó su perspectiva, destacando que desde el PPD, consideran a Orrego como el candidato más idóneo para que la centroizquierda continúe gobernando la Región Metropolitana. Toro expresó su esperanza de que este criterio «racional y lógico» prevalezca en la negociación. Según él, la principal responsabilidad del PPD es construir una lista única que permita que gran parte de las regiones sigan siendo gobernadas por representantes de la centroizquierda.
Sin embargo, el Partido Comunista no es la única colectividad de centroizquierda que busca competir por la Gobernación de la Región Metropolitana. La Federación Regionalista Verde Social también ha expresado su interés en entrar en la contienda. Flavia Torrealba, presidenta de dicha colectividad, defendió la idea de presentar a más de un candidato del sector para competir por los gobiernos regionales. Torrealba resaltó que, dado que las elecciones incluyen una segunda vuelta, no existe el riesgo de que la oposición arrase.
La postura de Torrealba refuerza la idea de que la diversidad de opciones de candidatos es una fortaleza y no una debilidad, ya que la oposición también presentará distintas opciones a la ciudadanía. Además, Torrealba destacó que hay regiones donde se han producido mejoras indiscutibles, lo que sugiere que las colectividades de centroizquierda tienen razones válidas para presentar múltiples candidatos.
A pesar de las opiniones divergentes y las tensiones evidentes, los representantes de los partidos del pacto han insistido en que las definiciones se verán una vez que los presidentes y secretarios generales se sienten en la mesa de negociación. Esta afirmación sugiere un reconocimiento de que, a pesar de las diferencias actuales, existe la voluntad de trabajar juntos para encontrar un consenso. De esta forma, el futuro de las elecciones a la Gobernación de la Región Metropolitana y de la centroizquierda en general sigue siendo incierto y estará determinado por las discusiones y negociaciones futuras.