El camino de Raphaël Glucksmann, el candidato de la lista socialista para las elecciones europeas, hacia el protagonismo en la política francesa, comenzó en un día decisivo en 2018. En ese momento, al final de una conferencia en la ciudad francesa de Metz, una mujer mayor le cuestionó su falta de acción a pesar de su retórica apasionada. Este encuentro provocó una epifanía en Glucksmann, quien posteriormente decidió sumergirse en la política.
Glucksmann, nacido en Boulogne-Billancourt, es un hombre de 44 años que se ha destacado por su brillantez desde su juventud. Hijo de la crema de la intelectualidad parisina, se hizo conocido como activista por la democracia en países de la antigua órbita soviética y como autor de ensayos. Su padre era el reconocido filósofo André Glucksmann.
Después de su encuentro con la mujer en Metz, Glucksmann reflexionó sobre su papel y llegó a la conclusión de que la política es la que decide. Un año después de esta revelación, se convirtió en eurodiputado. Actualmente, la candidatura que lidera, la de su pequeño movimiento, Place Publique, en conjunto con el Partido Socialista (PS), está ganando terreno en cada sondeo.
Según un sondeo reciente del instituto Ifop, su candidatura obtendría un 14% de los votos. Aunque esto podría parecer un resultado mediocre para una lista socialista, es más del doble de lo que la misma candidatura obtuvo en las elecciones europeas de 2019. Este cambio representa un respiro para el PS, que hace dos años estaba al borde de la extinción.
Glucksmann está a punto de superar a Renacimiento, la lista del presidente Emmanuel Macron, que obtendría un 15,5% de los votos. Sin embargo, el favorito indiscutible es Jordan Bardella, al frente de la candidatura del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, que Ifop pronostica que obtendrá un 34% de los votos.
Glucksmann cree que su éxito se debe a su enfoque en el tema de la elección: Europa. Según él, este enfoque es una apuesta un poco extraña en Francia, donde los temas nacionales suelen dominar la campaña.
Además, Glucksmann ha ocupado un espacio que en su país se había dividido entre Jean-Luc Mélenchon, líder de la izquierda radical, y Macron, que se ha posicionado en el centro-derecha. Este espacio representa una izquierda europeísta, atlantista, defensora de Ucrania ante la agresión de Rusia y de una Europa robusta tanto militar como ecológica y socialmente.
En este sentido, Glucksmann se enfrenta a una triple batalla en su campaña. Lucha contra los melenchonistas por la hegemonía en la izquierda, contra los macronistas por la segunda plaza en las europeas, y contra la extrema derecha.
A pesar de las similitudes entre Glucksmann y Macron en términos de europeísmo, retórica brillante y advertencias sobre el retorno del «sentimiento de lo trágico» o «la supervivencia de Europa», Glucksmann critica a Macron por allanar el camino para la llegada de Le Pen al poder.
Finalmente, cuando se le pregunta sobre sus planes para las presidenciales de 2027, Glucksmann se muestra evasivo, insistiendo en su deseo de construir algo a escala europea en lugar de centrarse en la política francesa.
