El escenario político chileno ha sido sacudido por una reciente controversia que ha suscitado llamados a la destitución de un alto funcionario gubernamental. Juan Andrés Lagos, asesor del Ministerio del Interior, se encuentra en el ojo de la tormenta tras expresar públicamente su apoyo a Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, quien está siendo formalizado por presuntos delitos de corrupción.
Un grupo de diputados del Renovación Nacional (RN), ha solicitado la salida inmediata de Lagos desempeñando roles en el Ministerio del Interior, a raíz de los recientes eventos que pusieron en relieve su postura política y su apoyo a Jadue. Este último está siendo investigado por la Fiscalía Metropolitana Centro Norte por presuntos delitos de cohecho, fraude al fisco, estafa y administración desleal, en relación a la compra y venta de insumos para enfrentar el Covid-19 por la Asociación Chilena de Municipalidades con Farmacias Populares (Achifarp), que fue liderada por el propio Jadue.
El asesor del Ministerio del Interior se unió a una manifestación del Partido Comunista (PC) para mostrar su apoyo a Jadue en el exterior de los tribunales de justicia, lo que suscitó críticas de varios parlamentarios del RN, incluyendo a Camila Flores, Jorge Durán, Carla Morales y Mauro González. Esta acción, junto con sus polémicas declaraciones contra los Carabineros y a favor de la dictadura de Venezuela, ha llevado a estos legisladores a pedir su destitución.
Flores criticó duramente al gobierno por mantener a Lagos como asesor en un ministerio tan estratégico como el del Interior, mientras que Durán tildó a Lagos de activista político y no de asesor de seguridad. Ambos parlamentarios coincidieron en que la permanencia de Lagos en su cargo no es sostenible y que el gobierno debe tomar una postura clara y contundente sobre esta situación.
Por otro lado, la diputada Carla Morales expresó su desacuerdo con que un alto funcionario gubernamental dedique tiempo a apoyar públicamente a un alcalde acusado de delitos graves como estafa, fraude al fisco, cohecho, entre otros. Morales añadió que Lagos debería estar enfocado en combatir el crimen organizado en lugar de apoyar a imputados por corrupción, pues esto afecta la imagen y credibilidad del país.
En términos similares, el parlamentario Mauro González cuestionó la aptitud de Lagos para ser asesor del gobierno, especialmente en materia de seguridad, dada su postura hacia los Carabineros, su apoyo a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, y su respaldo a un alcalde acusado de corrupción. González concluyó cuestionando la confianza en la Fiscalía por parte de Lagos, dado su apoyo a Jadue, y calificó su comportamiento como una mala señal.
Esta controversia pone en cuestión la capacidad de los altos funcionarios gubernamentales para separar sus convicciones personales de sus deberes y responsabilidades oficiales. El caso de Lagos y su apoyo a Jadue, a pesar de las graves acusaciones de corrupción que pesan sobre este último, pone de relieve la delicada línea que se debe trazar entre la actividad política y el desempeño de roles en el gobierno.
Los llamados a la destitución de Lagos por parte de los diputados de RN no solo evidencian el descontento con su actuación, sino que también subrayan la necesidad de mantener la integridad y la imparcialidad en los roles de gobierno. La postura de estos diputados refuerza la idea de que los altos cargos gubernamentales deben ser ocupados por personas que estén comprometidas con la seguridad, la justicia y el bienestar de la nación, en lugar de utilizar estos puestos para avanzar en agendas políticas personales o partidistas.