En una reciente entrevista con The New York Times, Ted Sarandos, cofundador de la gigante plataforma de streaming, Netflix, proporciona una perspectiva interesante sobre el estado actual del cine en las salas comerciales.
El cine ha sido durante mucho tiempo un pasatiempo favorito para muchos, con su experiencia única de pagar entre 8 y 20 euros para disfrutar de una película en una sala de cine con una pantalla de tamaño impresionante y un sistema de sonido inmersivo. Sin embargo, con la aparición de servicios de streaming como Netflix, la forma en que consumimos contenido cinematográfico está cambiando rápidamente.
En la entrevista, Sarandos aborda el tema de la experiencia cinematográfica tradicional, y plantea una cuestión que podría hacer replantearnos nuestra percepción de las películas: ¿importa realmente el tamaño de la pantalla?
Para Sarandos, la respuesta parece ser un rotundo no. Según él, tanto Barbie como Oppenheimer, dos grandes éxitos de taquilla del año pasado, habrían disfrutado de una audiencia igual de grande en Netflix. Esto plantea una cuestión importante en relación con la evolución de la industria cinematográfica: el éxito de una película no depende necesariamente del medio en el que se vea.
Sarandos argumenta que no hay ninguna razón para creer que ciertos tipos de películas funcionen mejor o peor en diferentes tamaños de pantalla. Para ilustrar su punto de vista, menciona a su hijo de 28 años, que vio la icónica película «Lawrence de Arabia» en su teléfono.
Este punto de vista, aunque pueda ser polémico, parece indicar una tendencia en la industria del entretenimiento: el tamaño de la pantalla es cada vez menos relevante para la experiencia de visionado.
Sin embargo, no todos comparten este punto de vista. Christopher Nolan, por ejemplo, es conocido por filmar sus películas con tecnología IMAX, lo que sugiere que valora la experiencia de ver sus películas en una pantalla grande.
Pese a esto, el modelo de negocio de las plataformas de streaming ofrece comodidad y conveniencia para el público, que puede disfrutar de las películas desde la comodidad de su hogar. Además, la transición de talentos desde los estudios tradicionales a las nuevas plataformas está permitiendo que estas últimas ofrezcan contenidos de calidad cada vez mayor.
Si bien la afirmación de Sarandos podría parecer tendenciosa, si la reflexionamos, podría no estar tan alejada de la realidad. La creciente popularidad de las plataformas de streaming y el hecho de que cada vez más personas tienen televisores más grandes en casa, indican que el tamaño de la pantalla puede no ser tan importante como creíamos.
¿Podemos entonces concluir que la era de las salas de cine está llegando a su fin? No necesariamente. Aunque las plataformas de streaming están ganando terreno, la experiencia de ver una película en una sala de cine sigue siendo única e insustituible para muchos.
Lo que sí es cierto es que la industria del entretenimiento está en constante evolución, y la forma en que consumimos las películas está cambiando rápidamente. Ya sea en una sala de cine o en la comodidad de nuestro hogar, lo más importante es disfrutar de la experiencia de ver una buena película.