La respuesta palestina al reconocimiento de su Estado en medio del sufrimiento de Gaza: “¿Qué vamos a celebrar mientras Gaza se desangra?” | Internacional

EL PAÍS

En medio de una devastadora guerra que ha consumido a Gaza durante los últimos ocho meses, se produjo un hito histórico. Este martes, España, Irlanda y Noruega se convirtieron en los primeros países de la Unión Europea en reconocer al Estado palestino en una década. Sin embargo, a pesar de la importancia de este reconocimiento, en la ciudad palestina de Ramala, la noticia se recibió con una reacción sorprendentemente apagada.

El reconocimiento llega después de un periodo de intensos conflictos en la región, con miles de muertos y una infraestructura devastada. En Ramala, una ciudad que en 2012 celebró con euforia la admisión de Palestina en la ONU como Estado no miembro, la noticia fue recibida con una mezcla de gratitud y tristeza. Las banderas de los tres países europeos que reconocieron a Palestina como Estado fueron izadas en la fachada del Ayuntamiento, junto a la de Sudáfrica, el país que ha llevado a Israel ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya por el delito de genocidio.

La ciudadanía palestina ha expresado sentimientos encontrados ante este reconocimiento. Omar Sabah y Ghait Hanun, ambos de 30 años, describieron la noticia como un rayo de esperanza en medio del caos. “A nivel espiritual nos hace sentir escuchados. Como que hay países que entienden ahora, mejor que antes, lo que venimos pasando los palestinos”, afirmó Hanun.

Sin embargo, también hay un sentimiento de desilusión y frustración. Muchos palestinos se preguntan por qué ha tomado tanto tiempo y tanta devastación para que estos países europeos reconozcan su Estado. “Me da pena que hayan hecho falta más de 30.000 muertos y todo el destrozo de infraestructuras para que suceda, para que nos den algo de esperanza”, dijo Hanun.

El sentimiento general en Ramala es que la celebración del reconocimiento europeo es inapropiada en medio del conflicto en curso en Gaza. Abed, empleado en una gasolinera, expresó este sentimiento con claridad: “¿Celebrar? ¿Qué vamos a celebrar mientras Gaza se desangra? Quizás más adelante, cuando tengamos un Estado de verdad. Pero no ahora”.

Estas palabras encapsulan la dicotomía que enfrentan los palestinos en Cisjordania. Por un lado, están presenciando un «genocidio en directo» en Gaza. Por otro lado, han logrado un «gran logro diplomático», como se definió el reconocimiento por parte de los tres países europeos.

En el Ayuntamiento de Ramala, la celebración que se llevó a cabo no tenía nada que ver con el reconocimiento del Estado palestino. En su lugar, decenas de personas acudieron para celebrar la graduación de un instituto de secundaria. En una ciudad donde a veces se ve más preocupada por acudir al último restaurante de moda que por defender la causa palestina, no es sorprendente que la celebración del reconocimiento haya sido eclipsada por los eventos cotidianos.

A pesar de la reacción apagada en Ramala, el reconocimiento no ha pasado desapercibido. En general, España es un país apreciado por los palestinos y las expresiones de gratitud han sido frecuentes desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó Israel en noviembre. En ese momento, Sánchez le dijo al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que “la respuesta a los atentados no puede implicar la muerte de miles de niños”.

Este martes, en las calles de Ramala, la respuesta al saludo de presentación “Hola, soy un periodista español” solía ser: “Gracias”. A pesar de la guerra y la destrucción, el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de España, Irlanda y Noruega ha generado un sentimiento de gratitud entre los palestinos. Solo queda por ver cómo este reconocimiento se traducirá en acciones concretas para ayudar a poner fin al conflicto y reconstruir la devastada región.

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