La administración de Milei opta por almacenar alimentos y desabastecer comedores

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En medio de un creciente clima de tensión y descontento social, Argentina enfrenta una crisis humanitaria con el aumento de la pobreza y la falta de alimentos en los comedores populares. Señalado como uno de los principales causantes de esta crisis, el gobierno de Javier Milei ha sido acusado de guardar alimentos y desabastecer deliberadamente los comedores populares en su lucha contra las organizaciones sociales.

Este martes, cientos de personas de movimientos sociales y activistas se congregaron frente a uno de los almacenes donde el gobierno guarda parte de las 5 mil toneladas de alimentos adquiridos durante el gobierno de Alberto Fernández. Los manifestantes exigían que se entregaran los alimentos negados a los comedores sociales, una demanda que se vuelve cada vez más urgente a medida que los niveles de pobreza en el país superan el 50%.

El gobierno argentino suspendió la entrega de alimentos a los comedores sociales en diciembre, coincidiendo con la asunción a la presidencia de Javier Milei. Entre los manifestantes frente al depósito de Villa Martelli, en la provincia de Buenos Aires, se encontraba el abogado que llevó al gobierno a juicio para exigir la entrega inmediata de los alimentos. El abogado denunció que los alimentos se están pudriendo mientras muchas personas pasan hambre en el país.

Sin embargo, el gobierno de Milei parece hacer caso omiso a estas demandas. Hace días, Milei declaró que “si la gente no llegara a fin de mes ya se hubiera muerto”, una afirmación que ha causado indignación y descontento generalizado. Argentina actualmente sufre una inflación cercana al 300% y la economía se estanca ante las duras medidas de austeridad impuestas por el gobierno.

El martes, el tribunal que supervisa el caso aceptó la apelación del gobierno en contra de la orden de distribuir los alimentos. Con esta decisión, será la Cámara Federal porteña la que tendrá la última palabra en esta disputa. De acuerdo a las organizaciones sociales, hay unos 45 mil comedores comunitarios en todo el país, pero una cantidad no precisada dejó de funcionar al interrumpirse la provisión que recibían del Estado.

La lucha por los comedores populares en Argentina representa una lucha mayor por la justicia social y los derechos humanos en el país. En un contexto de creciente pobreza y desigualdad, los comedores se han convertido en una necesidad vital para miles de personas que luchan por sobrevivir en medio de la crisis económica.

A pesar de la retórica del gobierno, la realidad es que los comedores populares son un salvavidas para muchos argentinos. Sin embargo, con la decisión del gobierno de retener los alimentos, estos espacios se están volviendo cada vez menos accesibles para aquellos que más los necesitan.

La situación en Argentina es un claro ejemplo de cómo las políticas de austeridad pueden resultar en consecuencias humanitarias desastrosas. Al mismo tiempo, es un recordatorio de la importancia de las organizaciones sociales y los movimientos de base en la lucha por los derechos y la dignidad de las personas más vulnerables.

En este contexto, los manifestantes y las organizaciones sociales no solo están luchando por los alimentos para los comedores populares, sino también por un cambio en las políticas gubernamentales que han llevado al país a esta crisis. Y mientras la batalla legal continúa, la lucha en las calles de Argentina sigue siendo un grito de resistencia contra la pobreza y la desigualdad.

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