El tenista español Carlos Alcaraz, número 3 en el ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), avanzó este miércoles a la tercera ronda del torneo de Roland Garros, a pesar de un breve tropiezo en el tercer set. Alcaraz, que volvió a jugar con un vendaje en su antebrazo derecho, venció al neerlandés Jesper De Jong por 6-3, 6-4, 2-6 y 6-2.
A pesar de su momentáneo descenso en el rendimiento durante el tercer set, Alcaraz demostró su resistencia y habilidad ante un jugador que ocupa el puesto 176 en el ranking ATP. De Jong, quien accedió al cuadro principal desde las rondas de clasificación, presentó un desafío mayor de lo esperado para el joven español.
En una conversación a pie de pista con el extenista español Álex Corretja, Alcaraz destacó que «todos los jugadores pueden causarte problemas». Esta declaración refleja la mentalidad del joven de 21 años, quien entiende que el ranking de un jugador no determina necesariamente la dificultad de un partido. «Hay que estar concentrado en cada ronda y jugar siempre tu mejor tenis. No importa en qué ranking esté el rival. Jesper tiene capacidad y nivel para entrar dentro del Top 100», añadió Alcaraz.
Esta es la segunda victoria consecutiva de Alcaraz en Roland Garros, tras su convincente triunfo en la primera ronda contra el estadounidense Jeffrey John ‘JJ’ Wolf’. A diferencia del partido anterior, en el que Alcaraz apenas cedió cuatro juegos en todo el encuentro, este enfrentamiento contra De Jong resultó ser más desafiante.
El partido se desarrolló en la pista Central, donde Alcaraz cayó en las semifinales contra Novak Djokovic el año pasado. Sin embargo, esta vez, el joven español parecía encaminado hacia una nueva victoria cómoda tras ganar los dos primeros sets por 6-3 y 6-4.
El tercer set presentó un desafío inesperado para Alcaraz, que experimentó una caída en el rendimiento y vio cómo De Jong aprovechaba la oportunidad. Con dos quiebres de servicio, De Jong ganó la tercera manga por un sorprendente 6-2.
El inicio del cuarto set fue un caos de ‘breaks’ seguidos. Sin embargo, desde ese 2-2, Alcaraz decidió retomar el control y reencontró la contundencia de su tenis para encadenar cuatro juegos seguidos y sentenciar el partido con un 6-2, después de 3 horas y 9 minutos en la pista Philippe Chatrier.
Alcaraz, el vigente campeón de Wimbledon, demostró su capacidad para mantener la calma y su habilidad para adaptarse bajo presión. A pesar de las condiciones climáticas desafiantes, que obligaron a jugar con el techo cubierto, Alcaraz mantuvo la compostura y avanzó a la siguiente ronda, demostrando una vez más por qué es considerado uno de los jóvenes más prometedores del tenis mundial.