El panorama político y sanitario de Chile se encuentra actualmente en tensión, a raíz de los recientes eventos que ensombrecen la gestión de la subsecretaria de Salud Pública y actual ministra (s), Andrea Albagli. El escenario se encuentra tensado por las demandas de renuncia inmediata que se han levantado contra la subsecretaria por parte de los diputados de la bancada UDI que representan a Ñuble, Marta Bravo y Cristóbal Martínez, y el integrante de la comisión de Salud de la Cámara Baja, Daniel Lilayu.
El motivo central de estas exigencias radica en la grave crisis respiratoria que vive el país, cuyo impacto se hizo más evidente cuando, la semana pasada, cinco personas fallecieron a causa de influenza en la región de Ñuble en menos de 48 horas. Esta situación se vuelve aún más preocupante al considerar que cuatro de las cinco personas que perdieron la vida no estaban vacunadas.
Esta última información fue el detonante que llevó a los diputados a cuestionar directamente a la autoridad sanitaria. La subsecretaria Albagli salió a la defensiva el pasado lunes, respaldando fervientemente la campaña de vacunación impulsada por el Gobierno y, ante las críticas transversales, afirmó con contundencia: “no sé de qué fracaso están hablando”.
La respuesta de la subsecretaria no fue bien recibida por los diputados Bravo, Martínez y Lilayu, quienes, además de reiterar su solicitud de renuncia, la acusaron de mantener una actitud “soberbia e inhumana”. Los legisladores emplazaron a Albagli a consultar a los familiares de las víctimas si consideran o no que la campaña de vacunación ha sido un fracaso.
La crítica de los diputados se intensificó al referirse a la campaña de vacunación. Según ellos, la subsecretaria de Salud Pública no solo catalogó como ‘habitual’ el aumento de fallecidos por influenza en esta época del año, sino que, de manera insensible y arrogante, insistió en que la campaña de vacunación ha sido un éxito y que nadie podría haberlo hecho mejor que ellos.
Los parlamentarios argumentaron que los datos son evidentes y afirmaron que, sabiendo que la región atravesaría la ola de frío otoñal más intensa de los últimos 70 años, las actuales autoridades debieron haber reforzado el plan de vacunación, tal como todos los expertos se los advirtieron con bastante anticipación.
Recordaron que el 15 de marzo de este año, cuando el Gobierno anunció las medidas que adoptarían para enfrentar la crisis respiratoria, aseguraron que la campaña se extendería por dos meses (hasta el 15 de mayo pasado) o “hasta lograr la meta de vacunación del 85%”. Sin embargo, según los diputados, las propias autoridades reconocieron que sólo se ha inoculado un 64% de las personas que están contempladas, lo cual no cumpliría con la meta establecida.
Los legisladores concluyeron que en lugar de continuar engañando a la ciudadanía, el Gobierno debería tomar en cuenta todas las recomendaciones que le han hecho y reimpulsar la campaña hasta lograr que se vacune la mayor cantidad de personas. De lo contrario, advirtieron, lo que ocurrió la semana pasada en Ñuble volverá a repetirse, y las actuales autoridades serán las únicas responsables de esta tragedia.