Por qué en estas elecciones europeas 2024 los derechos fundamentales y la protección del clima son temas inseparables | Noticias

EL PAÍS

Cambio climático: un desastre de proporciones épicas

El cambio climático es un fenómeno que está afectando a todo el mundo, desde Europa hasta Asia Oriental, y los efectos son cada vez más devastadores. No se trata de una mala suerte o de un fenómeno fortuito, sino de un problema que hemos creado nosotros mismos a través de la quema de combustibles fósiles.

Inundaciones mortales han golpeado a Afganistán, Brasil, Oriente Próximo e India, con precipitaciones en parte muy superiores a las registradas desde que existen registros. Países como Alemania, Austria, España, Francia, Bielorrusia, pero también Israel y Palestina, India y toda Asia Oriental batieron sus récords de calor en abril, en muchos casos por tercer año consecutivo.

Cada tonelada de carbón, cada barril de petróleo y gas que quemamos, contribuye a un número cada vez mayor de fenómenos meteorológicos extremos más intensos. Esto no solo afecta a nuestro futuro, sino que también está empeorando el presente. Los fenómenos meteorológicos extremos siempre han existido, pero debido al cambio climático, estos fenómenos se han vuelto más intensos y dañinos.

El cambio climático no solo amenaza nuestro medio ambiente, sino también a los derechos humanos. Las personas de ingresos bajos y medios son las que más sufren los efectos del cambio climático. Viven en casas peores, gastan una mayor proporción de sus ingresos en comida y dependen de una atención sanitaria que no se derrumbe cuando llega el calor extremo.

La Unión Europea (UE), fundada sobre los valores de dignidad humana, libertad, democracia, igualdad y Estado de derecho, tiene un papel fundamental que desempeñar en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, a pesar de ser un líder en política climática, Europa está sufriendo ataques a sus derechos humanos y a sus políticas climáticas.

A menudo se nos hace creer que solo tenemos dos opciones: reducir los precios de la energía y, por tanto, el coste de la vida, o reducir el carbono. Sin embargo, la única manera de reducir las facturas de energía es hacer lo que tenemos que hacer para reducir el carbono, como utilizar energías renovables que hoy en día son más baratas que los combustibles fósiles.

La protección del medio ambiente y del clima y las libertades civiles están fundamentalmente vinculadas y corren peligro. Las mujeres y las minorías suelen soportar una parte desproporcionada de los efectos negativos del cambio climático.

Las políticas proclamadas principalmente por los partidos de derechas y conservadores están conduciendo a una creciente desigualdad. Países como EEUU, después de cuatro años de Trump, y Brasil, después de Bolsonaro, son claros ejemplos de esta situación.

La protección del medio ambiente y del clima y las libertades civiles están fundamentalmente vinculadas y corren peligro. Las mujeres y las minorías suelen soportar una parte desproporcionada de los efectos negativos del cambio climático.

Hoy en día, la idea quizá más importante de Hannah Arendt es que el cinismo es el legado más peligroso de los regímenes totalitarios. Nadie tiene derecho a dejar que triunfe el cinismo y que Europa se convierta en un lugar donde las estructuras totalitarias puedan prosperar de nuevo.

Es importante recordar que tenemos poder, mucho más del que nos hacen creer, y podemos utilizarlo. Pero tenemos que hacerlo. Las elecciones europeas son un momento crucial para el futuro de nuestro planeta y de la humanidad. No se trata de encontrar un partido con el que estemos de acuerdo al 100%, sino de construir coaliciones en favor de los derechos humanos.

Friederike Otto, profesora titular de Ciencias del Clima en el Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente, enfatiza la importancia de este tema y la necesidad de acción.

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