Pedro Sánchez: Su reconocimiento de Palestina varía en solemnidad en España, discreción en Irlanda y Noruega en tres países europeos | Internacional

EL PAÍS

El presidente español, Pedro Sánchez, anunció el reconocimiento formal del Estado palestino en un evento de alto perfil en la Moncloa, la residencia oficial del presidente. Sánchez recorrió una alfombra roja hasta llegar a un podio donde, con la bandera española y la de la Unión Europea detrás de él, pronunció un discurso que fue transmitido en vivo por las redes sociales y el sitio web oficial de la Presidencia del Gobierno. En su discurso, Sánchez subrayó la «trascendencia nacional e internacional» de la decisión del Gobierno español de reconocer a Palestina como un Estado independiente.

Además de España, Noruega e Irlanda también anunciaron su reconocimiento de Palestina, aunque lo hicieron de manera mucho más discreta. Ni el primer ministro irlandés, Simon Harris, ni su homólogo noruego, Jonas Gahr Støre, hicieron declaraciones públicas sobre la decisión. En cambio, ambos países emitieron comunicados de prensa en los que anunciaban formalmente su reconocimiento de Palestina.

El ministro de Relaciones Exteriores de Noruega, Espen Barth Eide, describió el reconocimiento de Palestina como «memorable para la relación entre Noruega y Palestina». El anuncio de Noruega se realizó de manera relativamente discreta, con una simple entrega de una nota verbal al primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohamed Mustafá, anunciando que la decisión entraría en vigor ese martes.

España, por otro lado, ha buscado un papel más destacado en el reconocimiento de Palestina, un movimiento que se cree que se coordinó durante una gira por Europa del presidente Sánchez en abril. Durante su gira, Sánchez intentó convencer a otros Estados europeos de que se unieran a España en el reconocimiento conjunto del Estado palestino.

La decisión de España tiene sentido dada su política histórica hacia el mundo árabe. España tiene una larga historia de relaciones con los países árabes y fue uno de los últimos países en establecer relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1986. A pesar de ello, el reconocimiento de Palestina no ha sido una prioridad para España, según Isaías Barreñada, experto en Oriente Próximo y profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense.

La decisión de reconocer a Palestina como Estado podría ayudar a nivelar el desequilibrio de poder entre Israel y los palestinos, pero sólo si va acompañada de medidas más significativas, como la denuncia y el no reconocimiento de la ocupación israelí en el territorio del futuro Estado palestino.

La decisión de España, Noruega e Irlanda ha sido recibida con entusiasmo en los países árabes y entre una parte de la población palestina. Este entusiasmo probablemente fue buscado por el Gobierno español, que hizo un importante despliegue mediático en torno al anuncio de Sánchez.

A diferencia de España, ni Irlanda ni Noruega tienen vínculos históricos significativos con el mundo árabe. Sin embargo, Irlanda siente una conexión emocional con el pueblo palestino debido a su pasado colonial compartido. El primer ministro irlandés, Simon Harris, hizo referencia a este pasado colonial compartido cuando anunció que Irlanda se uniría a España y Noruega en el reconocimiento de Palestina. Aunque cada país presentó su reconocimiento de manera diferente, la analista y exportavoz de la Autoridad Palestina Nour Odeh destacó la coordinación entre los tres países, describiendo sus discursos como «complementarios».

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