Palestina busca incrementar la influencia de Europa en el conflicto de Gaza debido a la proximidad de EE UU con Israel | Internacional

EL PAÍS

La reciente escalada del conflicto entre Israel y Palestina ha llevado a los países árabes a buscar una estrategia alternativa para resolver la crisis, y están tratando de cambiar el eje de discusión sobre la guerra en Gaza hacia Europa. La razón de esto es que sienten que Estados Unidos ha mostrado parcialidad hacia Israel, y no ha ejercido suficiente presión sobre el país respecto a las violaciones de los derechos humanos del ejército israelí en Gaza.

El primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohamed Mustafa, presentó recientemente un plan de reforma a varios países europeos con el objetivo de «liderar la reconstrucción tras un alto el fuego permanente». Los países europeos, junto con Estados Unidos, están tratando de convencer a Israel de permitir a la ANP tomar el control de la Franja de Gaza después de la guerra.

El plan de Mustafa se presentó durante una reunión con los ministros de exteriores de varios Estados miembros, representantes de la ONU y el Reino Unido, además de varios países árabes, Noruega y la UE. El objetivo final del plan es reunificar las instituciones de Cisjordania y Gaza bajo una única administración y reabrir la Franja para el mundo, algo que choca frontalmente con el futuro que esboza el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Los principales donantes se comprometieron a intensificar el apoyo a la ANP, que hasta ahora ha sido paralizada y desprestigiada. También se comprometieron a impulsar una conferencia de paz para Gaza en el corto plazo. Esto sucede mientras Israel continúa sus ataques en Rafah, a pesar del llamamiento de la justicia internacional para detener la violencia.

La ofensiva de Israel en Gaza, que fue una respuesta a los atentados de Hamás del 7 de octubre, ha dividido a los socios de la UE. Algunos países, como Austria y la República Checa, han mantenido un fuerte apoyo a Israel, mientras que otros, como España e Irlanda, han protestado contra las violaciones del derecho internacional humanitario por parte de Israel y reconocerán a Palestina como Estado este martes.

El plan de Mustafa incluye reformas de emergencia por valor de $1.311 millones. Recibió apoyo unánime y ofertas de apoyo técnico y económico. Además, los países europeos presionarán a Israel para que revierta su reciente decisión de retener los impuestos que recauda en nombre de la ANP.

El nuevo plan propuesto por la ANP busca convertir a la entidad en una alternativa aceptable para gestionar el día a día de los habitantes de Gaza. Esto es algo que Israel no quiere asumir y para lo que no sobran voluntarios. El plan para el Estado palestino plantea que la ANP «lidere» la reconstrucción tras un alto el fuego permanente en dos fases.

La primera fase de la propuesta se centra en responder a las necesidades de emergencia y comenzar la recuperación en los primeros 36 meses después del cese de las hostilidades. La segunda fase se extendería al menos una década y consistiría en aprovechar la reconstrucción para «transformar» Gaza, de manera que quede «plenamente integrada política, social y económicamente, en el Estado de Palestina y, a través de él, con el resto del mundo».

El plan también incluye medidas para asegurar la plena transparencia e independencia judicial, transformar las instituciones, eliminar duplicidades, contemplar un sistema fiscal progresivo y actualizar el código legal. Estos cambios están diseñados para ganar la confianza pública, ya que, según las encuestas, una gran mayoría de los residentes de Cisjordania no confían en el Gobierno y consideran que hay corrupción en la ANP.

Para lograr estos objetivos, el Gobierno palestino propone «mejorar la gobernanza, transparencia y rendición de cuentas», así como «combatir la corrupción a todos los niveles de Gobierno», con una política de «tolerancia cero». También se propone «promover los partenariados con la sociedad civil, los medios de comunicación y el sector privado para detectarla y exponerla».

En este momento crítico, es esencial que la comunidad internacional se mantenga informada y comprometida con los esfuerzos para lograr una solución pacífica al conflicto entre Israel y Palestina. El camino hacia la paz puede ser arduo y desafiante, pero con un compromiso renovado y una estrategia sólida, existe la esperanza de un futuro más pacífico y seguro para todos los involucrados en esta crisis.

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