El reciente cambio en la cúpula del gobierno argentino ha generado un significativo revuelo político. Nicolás Posse, quien era conocido como el ‘mudo’, fue destituido de su cargo como jefe del gabinete de ministros, un rol de gran importancia en la administración pública argentina. En su lugar, el presidente ha designado a Guillermo Francos, ex ministro del Interior.
El cambio en el liderazgo es notable, dada la inusual actitud de Posse que evitaba activamente la interacción con la prensa. En los casi seis meses que ocupó el cargo, Posse se mantuvo mayormente en silencio, alejado de los medios de comunicación y evitando dar entrevistas. La única vez que se dirigió al público fue durante su obligado informe de gestión al Parlamento.
La designación de Francos, un veterano de la política argentina, marca un notable contraste con la actitud reservada de su predecesor. Francos es conocido por ser abierto al diálogo, una característica que ha destacado en su primera declaración pública tras su nombramiento. Asimismo, Francos ha señalado que su objetivo principal será coordinar el equipo de gobierno con las distintas realidades políticas que enfrenta Argentina.
El cambio de liderazgo en el gabinete de ministros ha coincidido con una serie de hechos políticos notables. El presidente, Milei, había dejado de dirigirse a Posse, su amigo cercano, y no se conocían las razones de este distanciamiento. Los informes de la prensa argentina sugieren que Posse tenía una inclinación por el mundo de los espías, un área que hasta ahora había estado bajo el control directo del presidente.
Durante su tiempo en el cargo, Posse incluso se reunió con el director de la CIA, William Joseph Burns, durante una de sus visitas a Estados Unidos. Además, también designó a Sikvestre Svori como jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), quien fue posteriormente destituido.
En medio de estos cambios, Milei ha mantenido una postura desafiante. Asegura que seguirá adelante con su agenda, independientemente de si el Parlamento aprueba o no las leyes que propone. Sin embargo, Milei ha demostrado que hay una diferencia entre sus declaraciones públicas y sus acciones reales, especialmente bajo presión.
La tarea de Francos será compleja. Milei ha demostrado desconfianza no solo hacia la oposición, sino también hacia su propio equipo de gobierno. Según ha revelado el periodista de confianza del presidente, Luis Majul, Milei incluso desconfía de su vicepresidenta, Victoria Villarruel.
Victoria Villarruel, por su parte, ha sido objeto de desconfianza por parte de Milei, que la ha calificado como un «bicho cruel». Esta desconfianza hacia su propio equipo es un desafío significativo para Francos, quien deberá coordinar los esfuerzos del gobierno en un contexto de desconfianza y tensión política.
Mientras tanto, Milei se encuentra en un viaje oficial al extranjero, donde se reunirá con los CEO de Meta, Google, Apple y Open AI – Mark Zuckerberg, Sundar Pichai, Timothy Cook y Sam Altman respectivamente. También visitará El Salvador para asistir a la toma de posesión de Nayib Bukele. Cuando regrese a Buenos Aires, se encontrará con un gobierno considerablemente distinto al que dejó.
El nombramiento de Francos y la destitución de Posse y Svori son solo el comienzo de los cambios en el gobierno argentino. Con un nuevo jefe del gabinete de ministros que promete más diálogo y una mayor coordinación con otras realidades políticas, la administración de Milei está en una etapa de importantes transformaciones.