El martes, en un giro sin precedentes en el conflicto actual, los tanques y vehículos blindados israelíes irrumpieron en el centro de la ciudad de Rafah, en el extremo sur de la franja de Gaza. Esta incursión marca la primera vez que las fuerzas israelíes han llegado tan lejos en su ofensiva. Testigos declararon y las imágenes de televisión confirmaron que los tanques avanzaban desde dos direcciones: desde la frontera con Egipto y desde la parte oriental de la ciudad. Esta última es la única área del enclave palestino que aún no controla Israel.
Este avance en el territorio se produce en medio de una masiva evacuación de personas en la región. Se estima que alrededor de un millón de personas han huido de la zona en las últimas tres semanas debido al avance del ejército israelí. Estas personas han seguido las órdenes de dirigirse hacia la «zona humanitaria» de Al Mawasi, según Naciones Unidas.
La noche anterior a la llegada de los tanques, la ciudad de Rafah fue bombardeada por el ejército israelí con ataques aéreos y disparos de tanques. Estos ataques ocurrieron a pesar de las protestas internacionales y de una orden del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU que instruía a Israel a detener de inmediato la ofensiva en Rafah. Esta orden se produjo después de un ataque el domingo que resultó en un incendio en un campamento de desplazados, causando la muerte de al menos 45 palestinos, más de la mitad de ellos mujeres y niños.
A pesar de la orden del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU, el ejército israelí anunció el martes el despliegue de otra brigada (entre 3.000 y 7.000 soldados) en Rafah.
Desde el ataque del domingo, se informó que al menos 26 personas más han muerto por fuego israelí en Rafah y 46 en todo el enclave mediterráneo, según las autoridades de Hamás. Fuentes del ejército israelí confirmaron la entrada de tanques en la ciudad, pero indicaron que estaban vinculados a operaciones «muy precisas y localizadas».
Los tanques israelíes avanzaron hacia los barrios occidentales y tomaron posiciones en la cima de la colina de Zurub, en el oeste de Rafah. Testigos en Rafah indicaron que los militares israelíes parecían haber guiado vehículos blindados teledirigidos y no había señales inmediatas de personal en ellos o en sus alrededores.
Los ataques de artillería han llegado a las proximidades del hospital kuwaití, provocando su evacuación y la muerte de dos sanitarios. Este era uno de los dos hospitales que seguían en funcionamiento en Gaza y ha dejado de operar. También los tres hospitales de campaña en la zona occidental de la ciudad han dejado de funcionar. El ejército presiona para reubicar sus servicios en Al Mawasi, entre la costa y la ciudad de Jan Yunis, informa la cadena catarí Al Jazeera.
Desde que Israel lanzó su ofensiva terrestre sobre Rafah hace tres semanas para tomar el control del paso fronterizo con Egipto, los tanques habían rodeado la zona y solo habían entrado en algunos de sus distritos orientales.
Los residentes afirmaron que la zona de Tel al Sultan, escenario del mortífero ataque del domingo, seguía siendo objeto de intensos bombardeos. «Están cayendo proyectiles de tanque por todas partes en Tel al Sultan. Muchas familias han huido de sus casas en el oeste de Rafah bajo el fuego durante toda la noche», dijo un residente a la agencia Reuters en un mensaje de texto.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en sus siglas en inglés) calcula que cerca de un millón de personas han huido ya de Rafah ante el avance de la ofensiva israelí. La organización ha denunciado que esto ha ocurrido sin ningún lugar seguro al que ir y en medio de bombardeos, falta de alimentos y agua, montones de residuos y condiciones de vida inadecuadas.
Israel ha mantenido sus ataques a pesar de que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, máximo órgano judicial de la ONU, le ordenó el pasado viernes detener “de inmediato” la ofensiva contra Rafah y cualquier otra acción que pueda llevar a la destrucción total o parcial de los palestinos como grupo. Sin embargo, para Israel, el fallo de los jueces le concede cierto margen de acción militar en la zona.
Mientras el ejército avanza en Rafah, Hamás ha instado a la comunidad internacional, y en particular al Consejo de Seguridad de la ONU, a tomar “medidas inmediatas” para detener la ofensiva. La reunión de emergencia fue solicitada por Argelia y convocada después de que el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Próximo, Tor Wennesland, pidiera a las autoridades israelíes que lleven a cabo una “investigación exhaustiva y transparente” del bombardeo del domingo sobre el campo de desplazados.
