El Partido Laborista promete no aumentar impuestos para atraer al sector empresarial británico | Internacional

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En un importante desarrollo que podría marcar un hito en la historia política del Reino Unido, Rachel Reeves, la portavoz laborista de Economía, se perfila como probablemente la primera mujer en ocupar el cargo de ministra de Economía del país. Si los sondeos son precisos, su nombramiento podría ocurrir antes del verano de este año. Haciendo hincapié en la importancia del escenario político, Reeves eligió la fábrica central de Rolls-Royce en Derby, Inglaterra, para pronunciar su discurso central.

La fábrica de Rolls-Royce, uno de los emblemas del lujo británico, es actualmente el contratista para la fabricación de una nueva generación de submarinos nucleares. En este contexto, Reeves ha buscado tranquilizar al empresariado británico, enfatizando la necesidad del equilibrio presupuestario y la responsabilidad tanto de los conservadores como de los laboristas en la preservación de este equilibrio.

El Partido Laborista ha anunciado que durante su primer mandato, si llega a Downing Street, no modificará el impuesto de sociedades, que grava los beneficios de las empresas. Este impuesto fue elevado por el actual Gobierno conservador del 19% al 25% hace un año. «El impuesto actual es el más bajo de todos los países que forman el G-7. Y creemos que este porcentaje supone el equilibrio correcto entre las necesidades de las finanzas públicas y las exigencias de una economía global competitiva», declaró Reeves.

En su discurso, Reeves también reveló tres compromisos fiscales del Partido Laborista. Estos incluyen extender la vigencia del impuesto sobre beneficios extraordinarios de las empresas de energía, implementar el IVA a las tasas de los colegios privados, y un aumento, aún por especificar, sobre las ganancias del capital privado.

La estrategia laborista de los últimos dos años ha sido un ejercicio constante de equilibrio, presentándose como un partido a favor tanto de los empresarios como de los trabajadores. Sin embargo, este equilibrio ha sido criticado por la secretaria general de la confederación sindical Unite, Sharon Graham, quien señaló que la nueva versión de las propuestas laboristas «tiene más agujeros que un queso suizo».

A pesar de las críticas, el Partido Laborista recibió una carta de apoyo de 120 líderes empresariales y financieros publicada en el diario The Times. Los firmantes respaldan al Partido Laborista y defienden que ha llegado «el momento del cambio», acusando a los anteriores gobiernos conservadores de haber dejado tras de sí «inestabilidad, estancamiento y una falta de visión a largo plazo».

Reeves, con su formación en el Banco de Inglaterra, ha basado la propuesta económica del Partido Laborista en la “economía de oferta moderna”. Esta teoría, impulsada por Janet Yellen, expresidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, busca superar décadas de globalización y desregulación de los mercados. Reeves ha denominado esta estrategia como securenomics, o Economía de la Seguridad.

Esta estrategia, adoptada por la Administración del presidente Joe Biden, combina el estímulo de la oferta de mano de obra y el aumento de productividad con fuerte inversión en infraestructura pública y facilidades fiscales para la economía verde. «La prioridad de cualquier Gobierno debe ser hoy la seguridad del país, y eso incluye la seguridad económica para las familias corrientes, así como la seguridad de nuestra economía nacional», señaló Reeves.

El Partido Laborista ha experimentado recientemente críticas y controversias en relación a sus promesas. Muchos críticos creen que la cercanía de las urnas ha proporcionado al laborismo un baño de realidad que lo ha obligado a dar un paso atrás después de haber dado dos hacia adelante. El compromiso del partido de invertir en la economía verde fue objeto de polémica cuando el Partido Laborista retrocedió en esa promesa financiera a principios de febrero.

Reeves subrayó la importancia de la consistencia con las reglas fiscales y la necesidad de reducir la deuda respecto al PIB. «Será solo si se cumple esa condición cuando invertiremos en lo que ayude a crecer nuestra economía, y eso incluye a los planes verdes», aseguró Reeves, subrayando la importancia de mantener el discurso del rigor presupuestario.

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