La pandemia de covid-19 ha tenido un impacto significativo y duradero en nuestra sociedad en los últimos tres años, y uno de los ámbitos que ha sufrido en mayor medida las consecuencias de esta crisis sanitaria ha sido el sistema sanitario. Esta catástrofe sanitaria mundial ha puesto de manifiesto las deficiencias del sistema en cuanto a las condiciones de trabajo y empleo de los profesionales sanitarios, lo que ha generado una tensión extrema en el sector.
En este contexto, el Informe Bienal de SESPAS 2024 presenta su cuarta y última entrega, titulada Salud y bienestar del personal sanitario: condiciones de empleo y de trabajo más allá de la pandemia. Este artículo se enfoca en los desafíos que enfrentan los trabajadores sanitarios en España en términos de salud laboral, y propone estrategias para mejorar su bienestar y, en consecuencia, la calidad asistencial del Sistema Nacional de Salud.
Uno de los problemas más graves que enfrentan los profesionales sanitarios es el burnout, un desgaste profesional que puede tener graves consecuencias en la calidad asistencial. El Informe SESPAS destaca algunos de los factores que contribuyen a este fenómeno, entre ellos, las largas jornadas de trabajo, los turnos rotatorios y nocturnos, la alta demanda, el bajo control, y los riesgos ergonómicos como la manipulación de cargas y las posturas forzadas.
Esta situación lleva a un aumento en las bajas laborales, generando tensiones insostenibles en la gestión de los profesionales sanitarios. Además, el desgaste profesional puede llevar a un mayor riesgo de mala calidad en la atención y a errores clínicos, lo que podría poner en peligro la seguridad del paciente. Según un reciente metaanálisis publicado en la Gaceta Sanitaria, el burnout afecta a un 25% de los médicos españoles.
Además, el informe señala que las mujeres, que representan el 70% del personal sanitario en España, sufren desigualdades laborales. A pesar de ser mayoría en el sector, ocupan en su mayoría puestos peor remunerados y de menor prestigio. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mujeres tienen menos probabilidades de trabajar a tiempo completo y más probabilidades de recibir salarios más bajos. Además, suelen enfrentarse a una doble carga de trabajo, combinando su empleo en el sector sanitario con las tareas domésticas y de cuidados, lo que añade una capa adicional de estrés y desgaste profesional.
Las lecciones aprendidas durante la pandemia nos muestran que las instituciones sanitarias son empresas complejas que requieren un esfuerzo extra en prevención de riesgos laborales. Los Servicios de Salud Laboral de estas empresas deben jugar un papel central para mejorar las condiciones de trabajo y empleo de sus trabajadores.
La pandemia ha demostrado la resiliencia del personal sanitario, pero también ha resaltado la necesidad de contar con organizaciones resilientes que puedan anticiparse, prepararse, responder y adaptarse a cambios acelerados y a interrupciones repentinas. Las crisis sanitarias seguirán ocurriendo, como la que ya estamos afrontando debido a la emergencia climática, y el personal sanitario del Sistema Nacional de Salud será esencial para apoyar las políticas públicas de mitigación, adaptación y compensación.
Para mejorar la salud laboral del personal sanitario, los investigadores proponen la creación de un Observatorio sobre las Condiciones de Trabajo, Empleo y Salud del personal sanitario en el Sistema Nacional de Salud. Este organismo se encargaría de recopilar de manera continua y sistemática toda la información sobre las experiencias que van desarrollando las organizaciones sanitarias en materia de salud laboral, y de proporcionar la mejor información disponible de las encuestas de población activa, de salud y de condiciones de trabajo.