El lunes, varios gobiernos y organizaciones humanitarias condenaron un ataque aéreo israelí en el oeste de Rafah, que contraviene una orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que exige a Israel detener su ofensiva en la zona. El impacto de ocho proyectiles en la tarde del domingo incendió decenas de tiendas de campamento improvisadas, causando al menos 40 muertos y decenas de heridos. Un escalofriante video publicado por periodistas locales mostró cuerpos carbonizados siendo sacados de los restos en llamas en el barrio de Tal al-Sultan, una zona de campamentos del Bloque 2371, que las autoridades israelíes habían designado como zona humanitaria segura el pasado 22 de mayo.
Israel, por su parte, defendió que sus fuerzas aéreas atacaron un complejo de Hamas, aunque admitieron que la acción afectó a la población civil. El ataque tuvo lugar dos días después de que la CIJ instara a Israel a detener su operación en Rafah, mencionando el «inmenso riesgo» para los cientos de miles de palestinos refugiados en esta ciudad, que habían sido desplazados de otras partes de Gaza por el avance del ejército israelí.
La ciudad de Rafah, que cuenta con una población de 200.000 personas, albergaba hasta principios de mayo a más de un millón de desplazados del norte y centro de Gaza. Tras la orden de los uniformados israelíes de evacuar el este de la ciudad, cerca de 800.000 palestinos abandonaron la zona, según las Naciones Unidas, una cifra que Tel Aviv eleva a 950.000. La mayoría vive hacinada en el oeste de la ciudad o en campos improvisados cerca de Jan Yunis, donde los combates entre el ejército israelí y Hamas no han cesado.
La orden de la CIJ ha tenido poco efecto en Rafah. El sábado, las fuerzas israelíes atacaron un campamento y áreas cercanas al hospital Kuwait – el último centro sanitario operativo en la zona -, y el domingo otros seis civiles murieron en un ataque aéreo en Khribet al-Adas, al sureste de Rafah. «Israel continúa la acción militar que se le ha pedido que detenga», declaró el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que lamentó que Tel Aviv no respete «el fallo de la CIJ». Borrell añadió que trabajaría para alcanzar una decisión política sobre el lanzamiento de una misión de asistencia fronteriza de la UE para poder enviar ayuda humanitaria a través del cruce de Rafah, que Israel ha ocupado desde principios de mes.
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, condenó el ataque en Rafah en una comparecencia conjunta con sus homólogos de Irlanda y Noruega, países que reconocerán este martes el Estado Palestino. Albares anunció que pediría a los otros 26 socios de la UE que apoyen la decisión del CIJ y que se «tomen medidas» para hacer cumplir la orden.
Qatar, que ha mediado desde el inicio del conflicto para que Hamas libere a los cautivos e Israel ponga fin a su ofensiva en Gaza, expresó «su preocupación porque el bombardeo complica los esfuerzos de mediación en curso«. Egipto, otro de los países mediadores en la guerra, instó a Israel a «implementar las medidas ordenadas por la Corte Internacional de Justicia relativas a un cese inmediato de las operaciones militares» en Rafah.
Organizaciones humanitarias que operan en la zona han denunciado durante semanas la falta de entrada de ayuda humanitaria en la ciudad, que ha provocado, entre otros problemas, la caída del sistema sanitario. «Estamos horrorizados por estos últimos acontecimientos, que demuestran una vez más, que no hay lugar seguro en Gaza», declaró la coordinadora de Médicos Sin Fronteras en Gaza, Martina Marchio. La relatora especial de la ONU sobre derechos humanos, Francesca Albanese, denunció que el ataque en Rafah es un «desafío flagrante» al derecho internacional, e instó a imponer sanciones a Israel y a suspender las inversiones, acuerdos, comercio y cualquier asociación con el país.