Inmersa en una atmósfera de angustia y tristeza se encuentra la comuna de El Bosque, en donde un niño de tan solo cinco años, de nacionalidad ecuatoriana, se debate entre la vida y la muerte, tras ser víctima de un disparo en la cabeza. El incidente que representa un claro ejemplo de la violencia que azota a la sociedad chilena, ha conmocionado a la comunidad, desatando un sinfín de interrogantes y la urgencia de justicia.
El domingo en la tarde, el pequeño junto a sus padres, también ecuatorianos, disfrutaban de un paseo por el sector de Lo Blanco con Padre Hurtado. Durante su recorrido, un disparo irrumpió en la tranquila escena, y el menor cayó al suelo, sangrando por la cabeza. Una imagen que sin duda, quedará grabada en la memoria de sus padres y de todos aquellos que fueron testigos de la trágica escena.
Sus padres actuaron de inmediato y llevaron al niño al Hospital El Pino, donde se confirmó la gravedad de la lesión. Debido a la seriedad del caso, el pequeño fue trasladado al Hospital Sótero del Río, un centro de salud con mayores recursos para atender este tipo de emergencias. Actualmente, el niño permanece en riesgo vital, luchando por su vida.
Ante la gravedad de la situación, la Fiscalía Sur tomó cartas en el asunto y encargó la investigación del caso a la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI). De acuerdo con la Fiscal Nadia Mondiglio, el caso está siendo tratado como un homicidio frustrado.
El Comisario de la Brigada de Homicidios Sur, Rodrigo Gana, informó que como parte de las investigaciones, los detectives están revisando las imágenes de las cámaras de seguridad del sector donde ocurrió el hecho. Este material podría proporcionar pistas vitales para dar con el paradero del agresor y esclarecer las circunstancias que rodean este lamentable suceso.
Además, se confirmó que la familia del niño herido permanece de manera irregular en el país. Aunque este detalle no tiene relación directa con el crimen, añade una dimensión adicional al caso, ya que se trata de una familia que probablemente buscaba un futuro mejor en Chile y ahora enfrenta una tragedia.
Este incidente ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de los miembros más indefensos de la sociedad, los niños, y la urgente necesidad de implementar medidas efectivas para garantizar su protección. El caso del niño baleado en El Bosque, lejos de ser una anécdota aislada, es un llamado a la reflexión y a la acción para prevenir la ocurrencia de este tipo de hechos en el futuro.
La comunidad espera que la investigación de la PDI arroje luz sobre los detalles del caso y que se haga justicia. La sensación de impunidad y de inseguridad que rodea a este tipo de incidentes debe ser erradicada para que la población pueda vivir en paz.
En tanto, el pequeño lucha por su vida en el Hospital Sótero del Río, el país entero se mantiene en vilo, esperando que la balanza se incline hacia el lado de la vida. Este caso, sin duda, ha dejado una huella imborrable en la sociedad chilena, que clama por un cambio y por el fin de la violencia.