El pueblo de Kuchi, en el estado de Nger, al oeste de Nigeria, ha vuelto a ser víctima de un brutal ataque de hombres armados, que ha dejado al menos siete muertos y 150 secuestrados, según confirmaron las autoridades locales el pasado lunes. Este incidente, que tuvo lugar el viernes pasado, ha subrayado una vez más la incapacidad del gobierno nigeriano para proteger a su población de la violencia de las bandas de criminales y terroristas que azotan al país.
El jefe del distrito de Munya, Aminu Najume, relató a la Agencia EFE los terribles detalles del ataque. «Sí, cientos de bandidos atacaron la aldea de Kuchi el viernes por la noche y secuestraron a 150 aldeanos, incluidas mujeres. Los bandidos, más de 200, que viajaban en motocicletas, fueron de casa en casa y despojaron a los aldeanos de sus pertenencias», declaró. Najume especificó que cuatro de los vigilantes que intentaron enfrentarse a los bandidos perdieron la vida intentando proteger a los cautivos bajo la lluvia.
Desde el ataque, nada se ha sabido de los atacantes ni de los secuestrados, que fueron llevados al bosque por la banda criminal. Abdulllahi Tanko, un residente de Munya, detalló que los atacantes anunciaron su llegada al pueblo con disparos esporádicos y se trasladaron de una casa a otra antes de llevarse a los cautivos. «Mataron a siete personas, entre vigilantes y policías. Muchos vecinos han abandonado el pueblo por miedo a nuevos ataques», afirmó Tanko.
Por su parte, el portavoz de la Policía de Nger, Wasiu Abiodun, se mostró reacio a confirmar o negar el asalto a la localidad. «Todavía no tengo todos los detalles del ataque», se limitó a decir a EFE Abiodun.
La organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) expresó su profunda preocupación por el secuestro en Kuchi, que cifró en «más de 160 personas», además del asesinato de siete personas. «La invasión de la aldea por parte de hombres armados es otra prueba del total fracaso de las autoridades nigerianas a la hora de proteger vidas», subrayó AI.
AI ha denunciado que desde 2021, individuos armados han atacado de manera recurrente la aldea de Kuchi y violado a mujeres y niñas, al tiempo que exigen grandes sumas de dinero para evitar los secuestros. La organización hizo un llamado a las autoridades nigerianas para que pongan fin a este tipo de secuestros y lleven a los presuntos autores ante la justicia.
El término «bandidos» es comúnmente utilizado en Nigeria para referirse a las bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para exigir cuantiosos rescates. A menudo, estos grupos son tildados de «terroristas» por las autoridades.
A pesar de las repetidas promesas del gobierno nigeriano de poner fin a la violencia, los ataques continúan ocurriendo, especialmente en los estados del centro y noroeste del país. A esto se suma la amenaza persistente del grupo yihadista Boko Haram y su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés), que han estado activos desde 2009 y 2016 respectivamente, aumentando aún más la inseguridad en la región.
La situación en Nigeria es crítica y requiere una acción decisiva por parte de las autoridades para garantizar la seguridad y la protección de sus ciudadanos. Sin embargo, hasta la fecha, las medidas tomadas parecen ser insuficientes para frenar la espiral de violencia y terror que se ha apoderado del país.