La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha concluido recientemente que no incorporará ruedas carenadas en los coches de Fórmula 1 para resolver problemas de visibilidad en condiciones de lluvia. La decisión sigue a una serie de pruebas en las que se descubrió que el carenado de las ruedas no proporcionaba una reducción significativa del spray de agua que los coches lanzan hacia atrás en estas circunstancias. Los pilotos de Ferrari, Arthur Leclerc y Ollie Bearman, contribuyeron a estas pruebas, pero los resultados mostraron que las dimensiones del coche, incluyendo el ancho de las ruedas y el difusor, generaban demasiado spray, haciendo que el carenado de las ruedas fuera una solución ineficaz.
En el mundo de la Fórmula 1, la visibilidad en condiciones de lluvia ha sido un problema persistente. En tiempos pasados, la carrera podía continuar bajo la lluvia, ya que los coches producían menos carga aerodinámica y, por lo tanto, menos spray. Sin embargo, con la reintroducción del efecto suelo y la mayor carga aerodinámica que resulta de él, la lluvia ha vuelto a ser un desafío. Una carrera reciente en Bélgica en 2021 ilustró claramente este problema, cuando la carrera tuvo que ser detenida debido a las condiciones de lluvia.
A pesar de los desafíos, la idea de revertir los avances aerodinámicos que han sido diseñados específicamente para condiciones secas y óptimas no es una opción que la FIA esté considerando. Aunque se están explorando otras soluciones para el problema del spray en condiciones de lluvia, el carenado de las ruedas no será una de ellas.
Fórmula 1 carenada no es un concepto nuevo. De hecho, el único Fórmula 1 carenado que se ha visto en los últimos 70 años es el Mercedes W196 de 1954-1955, en su variante para circuitos de alta velocidad como Monza.
En 1970, se creó un campeonato llamado Interserie, similar al Can-Am de Norteamérica, donde corrían los potentes coches de Grupo 5. En los años ochenta, la Interserie permitía coches de Grupo C de resistencia o monoplazas carenados basados en los de F1 o F2. Sin embargo, a pesar de su popularidad inicial en el centro de Europa, los cambios en las regulaciones llevaron al declive del campeonato.
Entre los ganadores de la Interserie se encuentran nombres famosos como Reinhold Joest, Jochen Dauer, la estrella del DTM Bernd Schneider, Manuel Reuter y la estrella de la F1, Giovanni Lavaggi. En la Interserie, se podían ver Fórmulas 1 carenados compitiendo, como el Fondmetal FG01 o el Minardi M190, que fue pilotado por Karl-Heinz Becker en la década de los noventa.
El final de la Interserie llegó en 2002 con la victoria de Rolf-Torsten Dietrich. A medida que los coches de Grupo C se volvieron obsoletos y las parrillas de salida se redujeron a menos de diez participantes, el campeonato perdió interés.
En España, los aficionados a las carreras pueden recordar la Interserie por las carreras que se celebraron en el Jarama entre 1992 y 1995, y por la temporada de clausura de 1996 en el ahora abandonado circuito de Albacete. En aquellas carreras, los Porsche 962C de ‘John Winter’ y el ex piloto de F1 Óscar Larrauri dominaron en 1992, mientras que Walter Lechner y el comentarista Tomás Saldaña hicieron lo propio en 1993. En 1995, Ranieri Randaccio llevó su Fondmetal FG01 carenado hasta la victoria, y en Albacete al año siguiente, Robbie Stirling logró el título con su Lola del Grupo C de Le Mans.