En un acto de solidaridad y protesta, estudiantes de diversas universidades de Chile han decidido unirse en una marcha en apoyo al pueblo palestino y para pedir el cese de todas las relaciones de su país con Israel. En lugar de acudir a sus aulas, estos jóvenes han decidido tomar una posición política exigente y hacer oír su voz en defensa de los derechos humanos.
Esta generación de estudiantes se ha mostrado resoluta y ha decidido no permanecer indiferente ante lo que consideran la mayor masacre cometida contra un pueblo en el siglo XXI, según palabras de Aldo Villalobos, miembro del Comité de Solidaridad con Palestina de la Universidad de Chile. Los estudiantes han organizado un campamento en la casa central de la Universidad de Chile y han hecho un llamado a la interrupción de toda relación entre las universidades chilenas y las instituciones israelíes.
El reclamo de los estudiantes ha sido escuchado por lo menos por una institución. La Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile ha decidido poner fin a un convenio que mantenía desde 1999 con la Universidad Hebrea de Jerusalén. La noticia fue confirmada por Escarlet Rojas, presidenta de la Federación de Estudiantes Diego Portales.
El compromiso de los estudiantes con esta causa se extiende más allá de la universidad. Rojas expresó que “resulta imperativo que la formación profesional de miles de estudiantes no se manche con la sangre de instituciones y de actores que actualmente perpetúan una barbarie a los ojos del mundo entero”.
La protesta de los estudiantes no se limita a las paredes de sus universidades. La policía permitió que solo tres estudiantes entraran en el perímetro del Palacio de La Moneda para entregar una carta dirigida al presidente Gabriel Boric. La prensa no pudo acompañar a los estudiantes en su entrega, lo que demuestra el nivel de seguridad y control que las autoridades están ejerciendo sobre la situación.
Los estudiantes tienen planes de aumentar la presión sobre el gobierno y sobre las autoridades universitarias. Están preparando un paro nacional cuya fecha se definirá en los próximos días. Este paro busca aumentar la conciencia sobre la situación del pueblo palestino y presionar a más universidades e instituciones para que terminen sus relaciones con Israel.
La movilización estudiantil en Chile ha demostrado una vez más la capacidad de los jóvenes para movilizarse en defensa de las causas que consideran justas. Los estudiantes están dispuestos a tomar medidas drásticas, como la interrupción de sus estudios y la organización de protestas masivas, para hacer oír su voz y para luchar por lo que consideran una causa justa.
El gobierno chileno está en una posición difícil, ya que debe equilibrar la necesidad de mantener buenas relaciones con Israel y al mismo tiempo responder a las demandas de sus ciudadanos. La decisión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile de poner fin a su convenio con la Universidad Hebrea de Jerusalén puede ser un indicativo de lo que está por venir.
Los ojos de todo el mundo están puestos en Chile y en la capacidad de sus estudiantes para generar cambios significativos. La solidaridad con el pueblo palestino ha unido a los estudiantes de diferentes universidades y ha demostrado la capacidad de los jóvenes para organizarse y luchar por los derechos humanos.
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