Los gritos de alarma suenan a todo volumen en Haití, un pequeño país caribeño que se encuentra actualmente en una dura crisis política y de violencia. Médicos Sin Fronteras, una organización internacional, ha lanzado este miércoles una desesperada alerta debido al desabastecimiento de medicamentos en el país. La situación es tan grave que han informado del cierre de más de 30 hospitales en la isla y la falta de medicamentos necesarios para su trabajo. Mumuza Muhindo Musubaho, jefe de misión de MSF en Puerto Príncipe, ha advertido: “Si no recibimos el suministro médico en las próximas dos semanas, nos veremos obligados a reducir drásticamente nuestras operaciones”.
La crisis que sufre Haití se ha intensificado a lo largo del año 2021, particularmente tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en su residencia de Puerto Príncipe a manos de un comando compuesto por al menos 28 sicarios. Este shock político ha dejado un vacío de poder, permitiendo el surgimiento de violentas bandas criminales que siembran el terror en la isla, especialmente en la capital, Puerto Príncipe. Fuentes oficiales informan que un 80% de su territorio está controlado por estas agrupaciones criminales.
La situación ha sido tan alarmante que ha movilizado a la comunidad internacional para evitar su colapso total. La ONU ha informado de más de 2.500 personas que murieron en el primer trimestre del año debido a la violencia, en una guerra interna que se ha salido del control de las autoridades. EE UU ha considerado la crisis haitiana tan importante como las de Ucrania o Gaza, y está finalizando con Kenia el despliegue de una fuerza multinacional para Haití.
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha sido uno de los organismos humanitarios que han alertado sobre la crítica situación que sufre la población haitiana. La escalada de inseguridad ha perturbado gravemente las operaciones médicas que gestionan en la organización. “No hemos podido importar suministros desde mediados de marzo. El sistema sanitario haitiano se ve gravemente afectado, dejando a la población sin servicios médicos esenciales en medio de la violencia y el aislamiento constantes», informa la organización en un comunicado.
La crisis de seguridad que sufre Haití empeoró en marzo, cuando el Gobierno declaró el estado de urgencia y el toque de queda en gran parte del país después de que miles de presos escaparan de la principal cárcel de Puerto Príncipe, tras un asalto de las bandas criminales. Las autoridades han reconocido que el país sufre «una degradación de la seguridad», después de meses de enfrentamientos entre pandillas.
La situación es tan grave que más de 30 centros médicos y hospitales han cerrado, incluido el mayor, L’Hôpital de l’Université d’État d’Haïti, “debido al vandalismo, los saqueos o por estar situados en zonas inseguras”. El cierre del aeropuerto capitalino y de los puertos desde febrero “ha dejado a las instalaciones médicas de MSF críticamente desabastecidas”, según la misma organización.
Además, MSF ha denunciado que la población haitiana se enfrenta a necesidades médicas y humanitarias urgentes. “Las personas con enfermedades crónicas, como tuberculosis y VIH, corren un alto riesgo de empeorar por la falta de acceso a servicios médicos y medicamentos vitales. Las condiciones insalubres en los numerosos emplazamientos de desplazados repartidos por todo Puerto Príncipe aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera”, han denunciado desde la organización.